Agallas

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El silencio reinó por largos minutos mientras, segundo a segundo, el ambiente se sentía más cargado. Ese vampiro tan parecido a mi divina vampiresa no dejaba de analizarme, como si con solo mirarme con suma fijeza y concentración fuera a descubrir algo de mí que Incluso yo mismo desconozco.

—Trini, ¿este me está gastando una broma o qué diantres? —le habló a su esposa, pero no me quitó la mirada de encima.

—¿Cree que podría bromear cuando se han llevado a la mujer que amo y usted no ha hecho nada para evitarlo? Es su padre, ¿cómo permite que se lleven a su hija y le hagan ese tipo de daño? ¡¿No puede sentir su dolor?! La bruja hizo lo mismo muchas veces porque usted así se lo ordenó, pero realmente usted es un padre insensible, que no tiene ningún tipo de sentimiento y dudo mucho que cuente con un corazón —exploté, iracundo por lo poco que le importa Blake—. ¿Por qué tienen que juzgarla por haberse enamorado? ¿Qué tiene de malo que sea un humano su pareja eterna? ¿Eh? Dígame, ¿en dónde dice que a juro debe ser un vampiro el destino de otro?

—Demetrius —ignoro mis preguntas y rechiné los dientes debido a la furia que sentía por dentro.

—Sí, mi señor.

—Él es, ¿sí o no?

El vampiro que me recibió aquella vez en la supuesta entrevista se acomodó las gafas nerviosamente y tragó saliva antes de asentir repetidas veces con la cabeza y la bajó, liberando un suave suspiro.

—Él es el humano, señor. Pero...

—Quiero que me expliques cómo es que el humano ahora es uno de nosotros.

—La verdad no sabría decirle cómo fue que sucedió aquello. Yo me encontraba con usted, mi señor.

—Trinidad.

—Porque lo convirtió, Angus. Eso sucede cuando dos almas gemelas, que están destinadas a estar juntos por el resto de sus días e incluso en la eternidad, se entregan en cuerpo y alma. ¿Entiendes? ¿Ahora entiendes que no son solo mitos y cuentos baratos como nos hicieron creer por tanto tiempo? El amor entre humanos y vampiros se puede dar; y yo soy la prueba de ello.

—No quiero interrumpir su charla sobre lo que creen o no, pero ¿se piensan quedar de brazos cruzados mientras Blake se aleja cada vez más?

—Mi hijo ya te lo dijo; no podemos hacer nada por ella. Aunque haya sido por amor, las reglas de hace muchos siglos atrás prohíben todo contactó con la humanidad y Blake las rompió todas. Te espero en mi oficina, Demetrius —cruzó por mi lado y se detuvo a pocos pasos de mí, dándome una mirada fría e intimidante de soslayo—. No sabía que los humanos podrían tener tantas agallas. También te espero a ti en mi oficina. Voy a solucionar toda esta mierda de raíz.

—Angus, ¿qué piensas hacer? No cometas ningún error, del cual te puedas arrepentir después. Blake no morirá en su castigo, pero sabes que lo hará si él muere. Yo no podría soportar perder a uno de mis hijos, menos ahora...

—¿Crees que sería capaz de matar a mi propia hija, Trinidad?

—No, pero...

—Esto es una grandísima mierda y lo sabes. No solo debo proteger a todo un clan y mi familia, sino también ahora a un simple humano para que mi hija no muera —su mirada causa mucho miedo, más del que pueda ocasionar sus hijos juntos—. Aunque no estoy de acuerdo con la manera de jugar del destino, sería incapaz de asesinar a mi hija. Y esto no significa que te esté aceptando —desapareció de nuestra vista y pude respirar nuevamente.

—No te preocupes por nada, Wyatt. Blake estará bien, ella es fuerte y resistirá el castigo. Ve con mi esposo, que estoy segura que ya tiene un plan en su cabeza —sonrió, secando las lágrimas de su rostro—. Es orgulloso y terco, pero él te acepta. De no ser así, te habría asesinado en cuanto llegó. 

Dulce Prohibido[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora