S2: Perdidos

545 99 7
                                    

Emprendimos camino desde tempranas horas de la mañana, todo con el fin de tener el tiempo suficiente de buscar con calma la empresa en la que Wyatt solicitó empleo. Realmente pensé que la localización que encontró el técnico sería cerca de la ciudad Incluso en la misma, pero me equivoqué.

El punto rojo daba a muchos kilómetros de distancia, podía jurar que daba a un extremo lejano de donde vivimos y me hizo cuestionar del porqué Wyatt decidió ir sabiendo lo lejos que quedaba de su hogar.

Lo que me ha mantenido nerviosa y un poco impaciente lo que llevamos de camino es que no conozco el terreno que estamos pisando. Desde que salimos de la ciudad y atravesamos un pueblo más, el bosque nos consumió por completo.

Es extraño que una empresa esté radicada por estos lugares, a no ser que esté ubicada en una ciudad o pueblo continúo del que estamos ahora mismo.

«¿Por qué?».

Tenía un sinnúmero de preguntas rondando por mi cabeza, pero ninguna respuesta convincente y razonable concreta que pudiera aclararlas. Y, como una colombiana que buscó oportunidad de trabajo y mejor vida en otro país, quiero suponer que así mismo le sucedió a Wyatt. En este mundo no se pueden desaprovechar las buenas oportunidades que se nos presenten en el camino.

Estaba tan sumida en mis pensamientos, tratando de entender todo este misterio, que no presté atención a lo que fuera que estuviera diciéndome Ronan. Fue su mano en mi muslo y ese suave, pero potente apretón lo que me sacó de un solo golpe de mi cabeza.

—¿Estás bien? Te he estado hablando, pero estás en otro mundo.

—Lo siento, es que estaba pensando.

—De eso me doy cuenta —me miró por breves segundos, esbozando una sonrisa ladeada—. ¿Qué te tiene tan distraída?

—Que esto es muy extraño si lo ves más allá. Nadie más que yo sabe lo que es aceptar una oportunidad de un lugar lejos de tu hogar, pero algo se siente distinto.

—¿A qué te refieres?

—No lo sé —miré al frente, viendo más árboles por delante nuestro—. Estamos en pleno bosque, lejos del pueblo y la ciudad. No he visto ni el más mínimo rastro de población. ¿Qué tipo de empresa está ubicada en medio de la nada?

—Viéndolo desde ese punto, también se me hace muy extraño todo esto. 

—Es una conjetura nada más, Ronan, pero tengo el presentimiento de que esa supuesta empresa está involucrada en la desaparición de Wyatt.

—¿Tú crees? Pero ¿con qué fin?

—Eres policía y tú más que nadie debes saber que un cuerpo humano es de gran utilidad para ese tipo de persona malvada e inescrupulosa.

—Debiste ser policía en lugar de periodista —su comentario me hizo reír—. Serías la mejor y, sin duda alguna, seríamos el mejor equipo.

—¿Qué dices? —golpeé con cariño su brazo.

—La verdad. Eres una chica apasionada por su trabajo, que no se detiene por nada ni nadie y que cuenta con un corazón enorme que está dispuesto a ayudar a todo aquel que se le acerque. Eres valiente y tenaz, además de preciosa. ¿Quién no querría tener tu compañía para siempre? Yo quisiera tener ese privilegio.

Mi corazón estalló de emoción en mi pecho, creándose una y mil ideas. No fui capaz de responderle, pues sus palabras me dejaron muy sorprendida y confundida. No esperaba que fuera a decirme algo como eso, pero ¿se refiere viéndome como su compañera o quiso decir algo más?

Tengo muchas cosas en la cabeza, como para sumarle una más debido a este hombre que tanto me gusta.

—Puede que me anime a entrar en la policía.

—Sería feliz al guiarte.

Su sonrisa me mata, es tan bonita y dulce. No sé cuánto tiempo más voy a acallar mis sentimientos, pero siento que voy a explotar si no se los confieso.

¿Podría sentir lo mismo por mí? Hemos sido muy buenos amigos y jamás me ha insinuado nada, hecho que me mantiene a raya, pero sí me gustaría sacarme esto del pecho, aunque el miedo de perder su amistad me cohiba mucho.

—¿Sí estamos en el camino correcto? —su pregunta me sacó de ese instante de valentía que me estaba impulsando a confesarle mis sentimientos—. Jamás había transido por esta carretera y siento que, entre más nos adentramos, el bosque se vuelve más espeso en lugar de disminuir.

—Sí, esta es la ruta que botó el mapa —encendí mi teléfono, pero no tenía ni una pizca de señal—. No funciona el GPS.

—Maldición —se dio cuenta de que el punto en su teléfono se había quedado estático.

Se detuvo a un costado de la carretera y salió del auto, tratando de buscar algo de señal.

Le seguí el paso y me fui contraria a su dirección, pero no hizo ninguna diferencia.

—¿Tienes algo?

—No, nada —suspiró profundamente—. En la gaveta tengo un mapa.

Nos acercamos de nuevo al auto y sacó de este el mapa que mencionó, el cual extendió en el capó.

—Esta fue la ruta que cogimos al salir de la ciudad.

Trazó con un lápiz la carretera que seguimos hasta que se desvió por una ruta que no habíamos seguido.

—Es imposible que en este mapa no exista esta carretera —volvió a trazar desde el inicio, dando al punto final inicial.

—Cabe la posibilidad de que sea una nueva ruta y por esa razón es por la que no está en el mapa, ¿no crees?

—Puede ser... —respondió no muy convencido, frunciendo el ceño—. Está muy sola. Ahora que lo pienso mejor, no he visto a un solo auto.

—Tienes razón, yo tampoco he visto a un solo auto pasar por aquí. De hecho, desde el último pueblo no he visto rastro de humanidad.

—Lo que nos faltaba, que nos perdiéramos —resopló, llevándose la mano a su rostro—. Tendremos que devolvernos, Mari. Sin señal y sin saber a dónde estamos, es difícil continuar.

Aunque sentí una pizca de dolor y tristeza en el pecho, asentí, comprendiendo la situación en la que nos encontramos. No tenemos ni la menor idea de cuál camino seguir.

—No te pongas triste, ¿sí? —se acercó a mí y acarició mi mejilla, despertando esas mariposas en mi estómago—. Volveremos una vez tenga un mapa claro de este lugar, te lo prometo. Sabes que yo no falto a mi palabra, ¿verdad?

—Lo sé y gracias por venir conmigo. Sin tu ayuda no hubiera podido llegar hasta aquí—suspiré.

—No te dejaría sola jamás —cortó el espacio que nos separaba, sin dejar de acariciar mi mejilla y su mirada se posó en mis labios, acelerando los latidos de mi corazón a más no poder—. Eres muy importante para mí, Mariana.

Unió nuestros labios de una manera muy suave, engullendo mi cuerpo entre sus fuertes brazos.

—Moría por robarte un beso desde hace mucho...

Perdí la noción del tiempo entre sus cálidos labios. El mundo a nuestro alrededor dejó de existir, era como estar en uno de mis tantos sueños. No podía creer que estuviera besándome de esta manera tan especial y tierna.

En el trance en el que me encontraba, volví en mí cuando se separó de mis labios de una manera muy brusca.

Confundida y sintiéndome vacía por la falta de su boca, abrí los ojos lentamente, pero quedé helada al ver una mirada muy roja como la misma sangre frente a mí, mirándome una manera muy aterradora.

***
¡Hola, mis amores! Espero se encuentren muy bien. Lamento tanto haber demorado en actualizar, pero estaba full en mis deberes y trabajos y no había tenido casi tiempo de escribir. Pronto estaré actualizando más seguido.

Los quiero mucho y gracias por tenerme paciencia 🖤

Dulce Prohibido[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora