Rumores [+18]

37. Eso y más

Percibo el rumor. La tensión es algo que nadie puede controlar, y ellos caerán, muy en lo profundo.

¿Por qué tiene que estar aquí?, las cosas saldrán mal.

Desde que terminó, estoy mejor, y que ahora aparezca me complica todo, por más que me fuerce en dejar de desearlo, no puedo, quiero follar con él, quiero que me hablé de esa manera que me vuelve loca, quiero que me penetre, por supuesto que quiero, eso y más.

Pero no puedo permitir que se haga realidad, no tengo que caer en su juego, si quiero regresar a ser la de siempre, tengo que dejarlo atrás.

― Estoy ocupada. ―traté de terminar.

― Tenemos que hablar. ―rodé los ojos.

― No, no hay nada de lo que. . .

― Capitana. ―llegó David sonriente.

Luca nos vio alternando, lo saludé sonriendo, era la primera vez que lo hacía desde que hablé con Luca.

― Estabas ocupada con esto. ―sentenció como si fuera algo malo.

― Sí. Vamos David. ―estaba a punto de decirle la dirección a donde iremos, pero, nuevamente, fui groseramente interrumpida.

― Perdónala, David, ya teníamos planes. ―lo vi sin entender nada.

― No, no es verdad. ―no me gustó nada su sonrisa.

― Tú y yo hablaremos ahora, y si tengo que cargarte hasta un lugar donde me escuches, lo haré. ―así no puedo.

― No harás nada, ahora largo. ―no peleaba con nadie desde hace tiempo y fue un alivio decirle eso, no tiene sentido.

― Adiós David.

― El único que se irá, serás tú. No me cabrees, y deja de comportarte como un imbécil. ―su sonrisa se ensanchó, pero ¿qué le pasa?

― No, ya te lo dije, hablaremos. ―estaba enojándome como no lo hice en días.

― Creo que es mejor que lo dejes, ya te lo dijo, no quiere hablar contigo. ―por unos segundos olvidé que David estaba aquí.

― Esto es algo que tenemos que hacer ahora, lo mejor será que te vayas. ―estaba tentando a la suerte.

― Mira idiota. . .

― Dilo, sabes que quieres hacerlo, ―interrumpió retándome.

― Largo, o te juro que te romperé las piernas. ―a cada segundo que pasaba me ponía más molesta.

― No pienso irme de aquí si no es contigo. Hazlo si quieres, pero tú y yo hablaremos. ―respondió con chulería.

― Estás mal de la cabeza, acéptalo, no pienso hablar contigo porque no hay nada de que hacerlo. Ahora vete.

― No.

― Sí.

― No considero hacerlo. ―quería sacarme de mis casillas, quería hacerlo y lo estaba logrando.

― Vete a la mierda capullo. ―di media vuelta para irme.

― Con gusto. ―levantándome, hizo que terminé sobre su hombro.

― ¿Qué haces?, suéltame, idiota, ¿te volviste loco? ―le propiné golpes mientras pataleaba con furia―. Si no me suelta te juro que de esta no te la libras. ¡¿Qué no escuchas capullo?!

― Nos vemos después David. ―seguí gritando, insultándolo de todas las formas que sé, pero no me bajaba.

― Me estás cabreando como no tienes idea, bájame de una puta vez. ―elevando la cabeza vi que nos alejábamos de mi auto.