65. Mi Capullo

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Tengo sentimientos encontrados, estoy entre cabreada, feliz, no sé una sensación extraña, pero que el rumor se corra, quiero mi trabajo de regreso, ahora que no sufriré tanto.


Esto no es posible. Recuerda a Emma, a sus padres, a sus hermanos y a los chicos. Mirándolo titubeante, busqué alguna respuesta, ¿es posible que solo me olvide a mí?, ¿o qué olvidó todo lo que vivimos?

Tal vez es una clase de olvido momentáneo, como nos dijo el doctor con el accidente de Amón.

Luca no pudo haberme olvidado, él no. . .

― Soy. . . ―en ese momento recuerdo, la información tiene que ser de a poco.

― ¿Eres? ―con mi corazón roto, quiero morirme, eso es lo que quiero ahora.

― Soy Linda. La enfermera. ―aguanto las lágrimas para no hacer un cuento.

― Linda. ―repite mirándome curioso.

― Sí, ¿te duele algo?, ¿tienes alguna molestia?, ¿quieres algo? ―mi voz se escuchaba mucho más gruesa de lo que es, el nudo en mi garganta fue doloroso.

― No, estoy perfecto. ―cuando siento una lágrima caer, me excuso y salgo corriendo.

Mientras lo escuchaba llamarme, no presté mucha atención. Caminando llegué a la sala donde estaban sus padres. Entendiendo que no tengo de otra que pasar por ellos para salir. Limpié mis lágrimas antes de que me vean, sonrío.

― Tesoro, ¿y qué tal te ha ido? ―se acerca Gabriella.

― Yo. . . ―respiré con intensidad―, Luca, no me recuerda.

Luca, mi capullo, no se acuerda ni un poco de mí, olvidó todo, cada uno de los detalles que vivimos, no me recuerda y no sabe quién soy.

Joder.

Es como si me quitaran el alma.

― Eso no puede ser posible. ―llaman al doctor para ver que sucede.

Las horas pasan y no me siento ni un poco mejor, solo voy cayendo en el dolor.

¿Cómo es posible que me olvide tan fácil?, ¿es posible que también olvide que me quiere?, ¿los sentimientos se pueden dejar así sin más?

Joder que soy nueva en esto y no. . .

― Todo estará bien zorrilla. ―se acercó mi primo a decirlo.

― ¿Qué haré si no me recuerda? ―solté lo que llevaba pensando desde hace mucho.

― Bueno, primero esperemos a las respuestas del doctor.

― ¿Olvidará también que me llama Stitch?, ¿puede borrarme con tanta facilidad de su mente? ―mantuve la mirada en la puerta.

― No lo sé cariño, no te lo podría decir con seguridad, pero algo que puedo decirte es que, el corazón es caprichoso, no suelta, por nada del mundo, si sus recuerdos se fueron, los sentimientos no. Siguen ahí.

Lo escuché con la esperanza de que sea así.

Con el regreso del doctor, escuché los latidos de mi corazón en mis oídos, esta espera fue la peor de mi vida.

― Los resultados salieron como esperábamos. ―nos mira a todos.

― ¿Cómo está mi hijo?

― No logramos encontrar nada preocupante, posiblemente al despertar, con tantas caras se sintió aturdido, después del accidente que sufrió, es entendible que se encuentre confundido, por un par de horas, le hicimos varias preguntas, y no hay indicio de amnesia, pueden estar tranquilos, solo tiene que guardar reposo, asimilar lo que sucedió.

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