33. Doble familiar

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Rumor: Es una completa tentación y en medio de la oscuridad pueden hacerlo, rápido e intenso. 


Estaba cansada, apoyé mi cabeza en su hombro descansando. Mi boca se encontraba seca, haciendo que salga, reposé mi cuerpo sobre el suyo, necesitaba descansar, y al recuperarme lo observé, estaba mirándome con una pequeña sonrisa.

― ¿Qué? ―enderezándome en su regazo, pregunté.

― Te viste muy hermosa alcanzando el orgasmo. ―sonreí rodando los ojos.

― Eres un cursi ―le di un beso corto―. Iré a lavarme ―no dejó que lo haga―. Tenemos que regresar, ya nos perdimos lo suficiente. ―dudó, pero al final aceptó, acomodando mi vestido, lo vi, era para admirarlo.

Sin decir más, me levanté dirigiéndome al baño, entrando a un cubículo, levanté mi vestido y limpié mis muslos con el papel.

― Joder. ―dije estando frente al espejo, estaba roja, con labios hinchados.

Bueno, bueno.

Pasándome agua fría por el cuello, traté de calmarme. Porque viene la pregunta del millón.

¿Qué me pasó?

Repetí las escenas una y otra vez, y no sentía nada más que satisfacción, una vez más perdí el control, completamente, esto no se puede repetir, o bueno, sí, pero tengo que dejar de perder el control.

Terminé de arreglarme para regresar con los demás. En el momento que abrí la puerta, Luca estaba parado, esperando.

― Aloha Stitch. ―sonrió.

― ¿Qué haces aquí? ―no pensé que me esperaría.

― Juego baloncesto. Vamos ganando. ―rodé los ojos.

― Capullo.

― Stitch. ―necesito tomar algo, mi boca está sequísima.

― Regresemos, deben estar buscándonos. ―caminamos a nuestro privado y ahí estaban mis primos, hablando.

Por lo visto, el alcohol ya hizo sus efectos.

― ¡Hombre, regresaron, ¿qué pasó?! ―busqué con la mirada mi bebida, tenía que tomar algo.

No la encontré. Seguro terminaron su contenido.

― ¡¿Os vais a quedar?! ―asentí.

― ¡Qué va, que seguro estabais en un cuartillo oscuro haciendo cochinadas, ¿a qué no?! ―manteniendo la calma, pedí otra bebida.

― ¡Venga primo, os guardamos el secreto! ―hablaron con Luca.

― ¡Soltad la sopa!

― ¿Dónde está Ro? ―pregunté cuando no lo vi.

― ¡Se fue con la morena, seguro no tarda en llegar!

Dispuesta a seguir pasándola bien, me senté con ellos, Luca se acomodó a un lado. Hablamos de un montón de temas alegremente. No tenía ni idea de cuanto pasó, pero empecé a sentirme cansada.

― ¡Está piripi, pasadme una copa! ―llenaron el vaso de alcohol para que se lo tomé, los gritos no faltaron cuando se la tomó de una sola.

― ¿Estás cansada? ―habló cerca de mi oído.

― Un poco, creo que ya me voy. ―estorbo no regresaba, entonces supuse que no lo vería hasta dentro de unas horas.

¿Cómo regresaría a casa?

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