17. Amo tu escote

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Parece que los rumores en el baño no se detienen.


― Lo viste solo una vez. Una. ―recordé moviendo las manos. Escuchar como lo invitaba a cenar me dejó anonadada.

― Ya te lo dije, tengo buen ojo para esto. Ahora sueña feliz princesa. ―me dejó sola en la cocina, sola y con la duda, eso no se hace. Tenía que saberlo.

Número sin guardar.

¿Qué le dijiste?

La respuesta no tardó en llegar.

¿Cuándo te gustaría quedar?

Eso no pasará.

Yo considero que la siguiente semana.

Jódete.

Yo igual te quiero Stitch.

Eres un capullo insoportable.

Y tú una Stitch llena de sensualidad.

¿Qué?, este está loco. Y por eso nunca rompemos las reglas del dos al seis. Todo es su culpa.

El día comenzó ajetreado, desde muy temprano me movía sin descanso, estaba asegurándome de que todo esté perfecto.

― Perdona ―dejé a la chica para responder la llamada―. ¿Qué sucede? ―con señas indiqué que tenía que hacer, ella asintió y se fue.

― Sucede que ahora estoy escuchando una canción que me recordó a ti. ―rodé los ojos al escuchar su voz. Mirando la pantalla vi.

Número sin guardar.

― Ahora no puedo lidiar contigo. Estoy ocupada. ―me alejé para poder hablar con calma.

― ¿Alguna vez eres amable? ―preguntó.

― Contigo no creo serlo jamás. ―sonreí al escucharlo resoplar.

― Te mandaré la canción, te dejo para que puedas seguir mandando a todos. ―y sin más colgó.

Que pasadito es.

Me quedé mirando la pantalla y llegó un mensaje del mismo número, dudé de si abrirlo a no. Pensándolo mejor, no abrí el chat, tengo mucho que hacer y ahora Luca no es mi prioridad.

Vamos Amunet, espabila, tú puedes.

Tocaron la puerta, estaban buscándome, mentalizándome todo, salí para continuar con mi día, estaba más que ocupada como para enfocarme Luca.

Las horas pasaron y contenta con el resultado suspiré, faltaban tres horas para qué inicie el evento, en ese tiempo me enfoqué en alistarme.

El vestido que elegí para la noche era negro, largo hasta los tobillos, con cuello V, lo acompañé con unos tacones de tiras y un brazalete de diamantes. Mientras me alistaba escuchaba un poco de música, la voz de Katy Perry resonaba por mi habitación. Cantando I Kissed A Girl contenta mientras sujetaba todo mi cabello en un moño alto. Con unos pasadores de diamantes le di los últimos detalles.

Mirándome en el espejo toqué la comisura de mis labios, asegurándome que mi labial esté en perfecto estado, sonreí, lista.

Apagando mi reproductor de música, cogí un bolso que combinaba con mis tacones y guardé lo necesario, espero no perder este. Colgándomelo en el hombro salí de la habitación, ahí me llegó una llamada. Contesté sin ver.

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