Dudas de este rumor no tengo.
No queremos que vuelva a ignorarnos, todo es perfecto con ella.
Sus labios.
Su cuerpo.
Sus caricias.
Su aroma.
Su calidez.
Me encantaba como me tocaba.
Me fascina todo.
― No me gusta que me ignores. ―la sujetaba del cuello midiendo mi fuerza.
Me satisface tener sus labios entre mis dientes, un mordisco leve, sus manos abriendo mis pantalones. Solo con tenerla cerca me excitaba, no podía evitarlo.
― No te ignoraré. ―apegándola más gruñí.
Lo sabía, estaba ignorándome.
Empezó a masturbarme lentamente, presionándome contra sus pequeñas manos, terminamos el beso cuando así lo pidió, con la respiración agitada cerré los ojos disfrutando de cómo me daba placer.
― Si sigues así me matarás. ―no detuvo nada, lo contrario, aumentó la intensidad.
Una risita se escapó de sus labios. Divertido volví a besarla, apoderándome de sus labios, esos tan suaves y tentadores, quería besarla y que sus labios no dejen de ser míos.
― ¿Disfrutas torturándome? ―hablé sobre ellos.
No respondió. Solo se quedó viéndome.
Dejó mi pene, con su dedo índice, hizo que retroceda, yo me dejé hacer, retrocediendo hasta que mis piernas tocaron algo. No sabía que era, pero me senté, era un sofá.
Se sentó en mi regazo con sus piernas al lado derecho. Su respiración era irregular, la igual que la mía, me gustaba ver sus labios, rojos e hinchados. Con sus dedos tocó mis mejillas, eran suaves, delicados.
― Ahora pienso torturarte hasta que pidas que deje de hacerlo. ―con una mano en su cadera y otra en sus rodillas me acerqué para besarla.
No dejó que sienta su suavidad alejándose. Tomado la dirección a mi cuello, uno de sus suspiros me alteró de sobre manera.
Dejaba pequeños besos por mi cuello, le di acceso, fue subiendo por mi mandíbula, hasta llegar a la comisura de mis labios. Giré un poco para unirnos, nuevamente se alejó, abrió mi camisa con desespero, al tener mi piel descubierta, pasó sus dedos por mis pechos, abdomen, acariciando y arañándome.
― Veo que si te gusta torturarme. ―sonrió y al fin, me besó.
Que bien se sentía, ¿cómo podía ser tan buena moviendo los labios?
Sin poder evitarlo hice más intenso el beso, succioné sus labios, los mordí, los saboreé. Disfrutaba mucho tenerla así de cerca. Deseando tenerla aún más cerca, pegué su pecho con el mío.
Dentro de poco explotaría, lo sabía, lo sabía perfectamente, las sensaciones eran tantas que no podía evitarlo. Su lengua entró en mi boca. Joder. Enredando, jugando, rozando la mía, lo disfruté como nunca.
No tenía suficiente, pero se alejó, mostrando una sonrisa traviesa, jadeé cuando dio un sentón, se levantó sin quitar el contacto visual, abrió mis piernas para posicionarse entre ellas, con delicadeza y sensualidad, se arrodilló entre ellas.
Ante la expectativa respiré profundamente, bajándome los pantalones, sus manos fueron a mi erección, sabía lo que hacía, sus movimientos eran seguros, cerrando los ojos, disfruté como me masturbaba.
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Rumores [+18]
Roman pour AdolescentsOí el Rumor de que para amar, tenemos que sufrir, y descubrirlo será un camino lleno de ambos. Dolor y amor. Solo esperemos de que las cosas terminen bien. PROHIBIDO PLAGIO O DISTRIBUCIÓN DE ESTA OBRA. CUALQUIER USO INDEBIDO DEL CONTENIDO SERÁ DENUN...