48. Sol y luna

235 14 0
                                        


Rumores: El sol y la luna tienen una historia, y fueron valientes para tenerla, que no cualquiera se arriesga tanto por un amor.


Ahogando un grito, llegamos al clímax, sintiendo como se descargaba dentro de mí, como nos mezclábamos de maravilla.

Jadeante, tiré mi espalda a la superficie de la mesa, estuvimos así unos minutos, necesitábamos recuperarnos para hablar. Mucho más tranquila, empecé a reír suavemente.

Luca, saliendo de mí, me ayudó a enderezarme. Retirando un mechón de cabello de la cara, lo puso detrás de mi oreja y me observó divertido.

― ¿Qué sucede? ―preguntó rodeando mi cuerpo con sus manos.

― Acabas de follarme por celos. ―colándome por debajo de su camisa, acaricié su piel.

― No eran celos, solo trataba de. . .

― Ajá, a otro perro con ese hueso. ―divertidos, reímos.

Recordando que teníamos que regresar, abotoné su camisa y ajusté su corbata. Buscamos algo con que limpiarnos, y pasándole una servilleta de tela, lo hicimos. Al terminar, agarró la que yo usé y se la guardó en el pantalón, junto con la suya.

― Solo yo puedo tener tus fluidos. Aparte, quien sabe, puede servirme después, masturbarme con el recuerdo de que lo pasaste por tu vagina es excitante. ―rodando los ojos, le besé.

― Me tienes siempre que quieras, créeme, soy mejor que un pedazo de tela. ―me dio un azote divertido.

― Eres mejor que todo.

De regreso, continuamos como si nada, con el paso del tiempo, aprendimos a fingir como unos actorazos.

Terminado todo, nos despedimos de los invitados, y procedimos en irnos para arreglarnos, sería una noche larga.

Mis padres decidieron tomarse la noche, se consideran muy viejitos para fiestas a esta hora, yo lo vi como una excusa para estar solos, buscan toda oportunidad para tener su intimidad. Se llevaron a gato con ellos, para que no se inquiete con el ruido.

La casa se llenó inmediatamente, estaba hablando con algunos amigos mientras el remix de reggaetón lento sonaba por los altavoces. No tengo ni idea cuantas horas pasaron, solo sé que tengo calor.

Mientras miraba a mi alrededor, me topé con los ojos de cierto capullo con sonrisa torcida. Desde ese momento, mis ojos no dejaron los suyos.

Excusándome de mis amigas, fui a la planta de mi habitación, entré para poco después tener a Luca detrás de mí. Su respiración suave y cálida contra mi cuello hizo que cada parte de mí se estremezca.

― Ese vestido tan pegadito que tienes me está volviendo loco. ―posó su mano en mi vientre bajo, así, nos juntó.

― Eso quiero, volverte loco. ―informé volteando para verlo.

Escaneándolo con descaro, mordí mi labio inferior, qué sexy estaba con esa polera negra.

― ¿A dónde vas así de guapo?

― A meterme entre tus piernas. ―este juego entre nosotros, me encantaba.

― ¿Y qué esperas para hacerlo? ―agachándose, me cargó como si fuera una bolsa de patatas.

Entre risas, terminamos en la cama. Se acomodó encima de mí, sus manos fueron a mis costillas y empezó a hacerme cosquillas. Retorciéndome, grité divertida. Sin aliento, terminó su tortura.

Rumores [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora