Mira que rumor tan interesante, deberían hacer un libro de su historia. Digo, alguien que pueda, y quiera compartirnos. No sé.
― Nos diste un gran susto. ―todos lo rodeamos.
― Bueno, al menos sirvió para que todos estemos juntos otra vez. ―intenta sonreír, pero reina lo ve mal.
― ¿Recuerdas como sucedió? ―pregunta tío Matt.
― No, bueno. . . solo hasta el momento donde tenía que ir a mi oficina, los ascensores estaban en mantenimiento. ―recuerdo lo que dijo el doctor, le costará orientarse un poco.
― ¿Los ascensores?, para nada, todo estaba normal. ―vi a mi cuñado confundido.
― No lo sé. ―frunciendo las cejas, busqué alguna explicación.
― Lo importante es que estás bien. ―olvidando el tema, continuamos hasta que se retiraron a comer, yo me quedé para hacerle compañía.
Mientras acomodaba la ropa y artefactos de aseo que le trajimos, la puerta se abrió.
― ¿No traes la comida? ―interrogó Amón.
― Que no sea un maleducado. ―lo regañé saliendo del baño
― ¿Por qué me reprendes a mí?, no viene a verme. ―mirando la puerta, siento mi pecho hacerse grande.
― Aloha Stitch.
― Los dejaría solo, pero si me levanto, mi querida hermana me dará una paliza para volver a meterme. ―sonrío regañándolo con la mirada.
― ¿Cómo. . ., por qué. . .?
― Un beso, estaría de maravilla. ―reaccionando, fui y lo abracé con mucha fuerza.
― ¿Por qué no me avisaste que venías? ―caminamos a los sofás para hablar los tres.
― Bueno, no tenía como, terminando la llamada, tomé el primer vuelo para llegar.
― Mira que enculado lo traes princesa.
― Calla, que dices. ―intento cerrar el tema.
― ¿Comiste algo?, ¿dormiste? ―toca mi frente con cara angustiada.
― Soy yo quien está en una camilla de hospital. ―bromeó príncipe.
― Sí. ―intenté dejarlo cuando, lo que comí fue un sándwich y tres tazas de café, si hablamos de dormir, bueno, algo descansé.
― ¿Sí, qué? ―insistió.
― Que sí capullo, que sí, he comido y dormido bien. ―mentí para que no esté de pesadito.
― Vamos. ―se levantó tirando de mí.
― ¿Se puede saber a dónde? ―cuando se levantó quiso llevarme con él.
― A que comas y duermas. ―intenté soltarme para dejarlo.
― No puedo, estoy con mi hermano.
― Puedo cuidarme, aparte que tengo esto ―muestra el control de control―, lo presiono y aparecerán enfermeros.
Tras insistir e insistir, lo consiguieron, a regaños abandoné el hospital, estaba como una cabra, no soy una niña que necesita cuidado, me enoja que hagan esto, puedo hacerlo, yo solita. Que sí, bueno, no comí o dormí como debería, pero por el estrés, no pude, tampoco pueden regañarme por eso, no es un delito.

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Rumores [+18]
Genç KurguOí el Rumor de que para amar, tenemos que sufrir, y descubrirlo será un camino lleno de ambos. Dolor y amor. Solo esperemos de que las cosas terminen bien. PROHIBIDO PLAGIO O DISTRIBUCIÓN DE ESTA OBRA. CUALQUIER USO INDEBIDO DEL CONTENIDO SERÁ DENUN...