Rumores [+18]

61. Lo quiero

Rumores que no quiero aceptar, no es posible que todo termine, no quiero aceptarlo, no pienso hacerlo.

No puedo evitarlo, lo quiero.

Lo quiero.

Lo quiero.

Lo quiero. Lo quiero. Lo quiero.

Pero tiene razón, soy una cobarde, soy como la Luna. Una puta cobarde.

Emma, Isabella y Mateo hablaron conmigo, me explicaron todo, los escuché para que lo dejen, incluso sabiendo como pasaron las cosas, no pienso cambiar de parecer, sentir ese dolor es algo que no quiero volver a experimentar, y si lo detengo ahora, tal vez en un futuro no duela.

― Vámonos. ―le dije a Ro.

Me detesto con todo, detesto tener que haber permitido sentir, porque ahora es tan difícil olvidar algo, es tan complicado tratar de borrarlo de mi cabeza y corazón que no sé si un día pueda hacerlo.

― La estorbo que conozco, no le teme a nada, y el futuro nunca fue un problema. ―escuché, le di una pequeña sonrisa antes de regresar a ver la ventana.

Esa estorbo nunca antes había pasado por algo como esto.

Posiblemente, nunca lo supere, pero aprenderé a vivir con ello, ¿dolerá más ahora o en un futuro cuando. . .? No, mejor dejo de pensar en todo esto y me concentro en otra cosa.

Llegamos a casa, después de saludar a mis padres y tíos, fui directamente a mi habitación, no me apetecía ver a nadie en este momento, con Gato siguiéndome el paso, me quedé verificando que todo esté en orden, pronto saldríamos de viaje y las cosas tenían que estar en orden.

La decisión que tomé es la mejor, así podré concentrarme y volver a ser la misma de siempre, y lo más importante, no volveré a sentir dolor o ser vulnerable.

⊷

Estaba durmiendo cuando timbró mi celular, perezosa, lo busqué tratando de ver quién era, teniéndolo en manos, entrecerré los ojos por la luz, y al ver, terminé confundida, se trataba de Emma.

Contesté sin mucha prisa.

― Am, perdona molestarte, pero. . . ―enderezándome en la cama, froté mi rostro esperando.

― ¿Qué sucede? ―bostezando, esperé a que dijera algo.

― Luca no quiere moverse del bar, está aquí desde que te fuiste. ―mirando la hora noté que eran las cuatro de la madrugada.

― Emma. . .

― Sé que ahora estás enojada con él, pero necesitamos ayuda para sacarlo, temo que pueda hacer una tontería, Am, Luca no toma, lo sabes. ―inmediatamente, me paré para ponerme mis zapatos y buscar mis llaves.

Saliendo de mi habitación, Rey subía por las escaleras.

― Princesa, ¿todo bien? ―se preocupó.

― Sí, es solo que. . ., tengo que ir por Luca, parece que no está bien. ―asintió lentamente.

― Bueno, ¿quieres que te acompañe?, no es seguro que te muevas tan tarde. ―dándole un beso en el cachete, negué.

― Está bien, tranquilo. ―me despedí antes que me niegue salir.

Encendiendo el auto, conduje con rapidez hasta llegar. Me preocupaba que Luca tome, por supuesto que sí, y si puedo ayudar con algo, lo haré.