35. Consejos

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Sé que no soy la única que ama los rumores de Amón. Él protege a su hermanita con todas las que tiene.


Parado como un idiota, vi cómo se alejaba, sintiendo una presión nueva para mí, regresé al interior, Stitch estaba demasiado pasiva, y no era normal verla así, ella solía ser todo lo contrario.

Era fuego, con una pequeña mecha que podía hacer arder todo, tengo que admitirlo, me preocupó ver su rostro sin expresión alguna.

― No entiendo porque fuiste detrás de esa, yo estoy aquí. ―seguía con sus palabras en mi mente.

Acaba de terminar lo que teníamos.

― Está bien, olvidémoslo, ven baby, no tienes idea cuanto te extrañé. ―al verla acercarse, me moví para no tocarla.

― ¿Se puede saber qué haces aquí? ―solté enojado.

― Ya te lo dije, tengo trabajo y aquí me tienes. ―negué con la cabeza, necesitaba calmarme.

― No mientas, ¿quién te dejó pasar?, Y ¿por qué dijiste que éramos novios? ―se cruzó de brazos.

― Tenía las llaves que me diste tiempo atrás.

― No te las di, le pediste a Emma las suyas para sacar copias. ―interrumpí.

― No importa. Dije lo de los novios porque pensé que te gustaría quitarte de encima a esa chica, me lo agradeces después. ¿Tienes hambre?, te haré algo de comer. ―se dirigió a la cocina.

― No, pediré un privado para que te lleven, no te quedarás, ya suficientes problemas me causaste. ―caminé a una mesita para sacar las pastillas, estaba notando cambios y no era bueno.

― ¿Hablas en serio? ―la dejé para ir por mi celular, no la quiero ni un minuto más aquí.

― Alista tus cosas, dentro de poco llegará. ―informé.

― No tienes por qué hacerlo, podríamos quedarnos, estoy usando el pijama que te gusta tanto. Vamos baby, sabes que me deseas. ―se acercó para acariciar mis brazos.

Miré abajo y me alejé.

― Vete. ―parecía no creerme.

― No me estás echando, mira, entiendo, estás enojado por esa chica, pero estoy aquí, podemos. . . ―se acercó tratando de abrir mi pantalón, sujetándola de las muñecas hice que se detenga.

― Que no, ahora alista tus cosas y vete, cuando regrese, no quiero verte aquí. ―soltándola de malos modos, abandoné el lugar.

Sin mirar atrás, arranqué para irme, conduje por horas, dando vueltas sin rumbo fijo, estaba muy enojado, demasiado enojado, presioné el acelerador.

¿Qué se supone que tengo que hacer ahora?, no quiero dejar de ver a Stitch, no ahora, mierda.

Busqué mi celular en mis bolsillos, en lugar de encontrarlo, las bragas de cierta personita pequeña salieron. Desaceleré mirando la tela.

Durante estos meses donde nos vimos para tener sexo o para hablar, siempre me quedaba con sus bragas, en un cajón las guardaba todas, tocando la suavidad de esta sonreí, y rememoré lo que dijo.

No, no hablaba en serio, no puede, hace pocos minutos estaba bien, todo, y de repente es como si nunca hubiera pasado nada, lo dijo como si no fuera nada. La sonrisa que tenía se desvaneció, solo quedó seriedad.

Quisiera saber que pasó, ¿por qué reaccionó así?, necesitando saber que era, cambié ruta a su casa, no tardé mucho y al llegar, busqué su balcón y la encontré, las luces estaban prendidas, seguía despierta, bien.

Analizando como trepar, alguien llamó.

― Creo que suele ser más fácil tocar la puerta. ―era su hermano, con una taza en sus manos.

― Lo fácil aburre. ―bajando, toqué el suelo para hablar con él.

― Sí, por eso buscas a mi hermana. ―le dio un sorbo a su bebida.

― Tengo que hablar con ella. ―simplifiqué.

― No ahora. Está organizando eventos futuros, y ¿escuchas eso? ―nos quedamos callados y no escuché nada.

― No.

― Exacto, no hay música, eso no es una buena señal. ―fruncí las cejas preocupándome.

― ¿No lo es?

― No, para nada, ahora está muy enojada ―asentí, eso era algo que no conocía―. Necesita tiempo para reaccionar ―aconsejó mirando el balcón―. Ahora está en modo pasivo. ―sí, eso noté.

― ¿Cuánto tiempo suele estar en modo pasivo? ―interrogué curioso.

― Depende, en dos ocasiones la vi así, y en ninguna de ellas, las cosas salieron bien. No creo que ahora sea diferente el resultado. ―esa información tenía que guardarla.

― Entonces las cosas no saldrán bien. ―deduje.

― Posiblemente, dale tiempo, lo necesita. No tengo ni idea de que fue lo que sucedió, pero sé que mi hermana es cabezadura, demasiado terca para este mundo, y si ahora piensa, o decidió algo, será difícil hacer que cambie de opinión. ―cerré los ojos pensando.

― Que se supone que tengo que hacer. ―suspiró pensando, mucho, bastante.

― Bueno, incluso yo, que soy su hermano, no tengo ni idea de que hacer para tranquilizarla, puede llegar a ser un misterio, se encargó de cubrir muy bien lo que siente, necesita tiempo. ―eso es algo que noté desde hace tiempo.

Estuvimos en silencio, completo silencio, pensando en que hacer para poder hablar con Stitch, y hacer que escuche lo que tengo que decirle.

― ¿La quieres? ―no dije nada―, muchas personas piensan que hay una sola forma de amor, no necesitas. . .

― Le tengo aprecio. ―simplifiqué entendiéndolo.

― Si es así, no te rindas, no lo hagas. Vale la pena.

― ¿Por qué me dices esto?, no sabes si soy. . .

― Sé que desde que llegué, la veo más feliz, es más cerrada de lo que crees, y por alguna razón, contigo es diferente ―sonreí con disimulo, escuchar eso me gustó―. Ella dice no creer en el amor, y lo más posible no se enamore pronto. Con lo que sí puedo contar, es que te tiene aprecio, la forma ya no incumbe, eso es de ustedes. Solo te digo una cosa. Mi hermana no está sola, y si vemos que salió lastimada, que tu hiciste algo para lastimarla, no solo te enfrentarás a ella, también a todos los que la queremos.

― Nosotros no buscamos una relación. ―aclaré nuestros intereses.

― No solo hablo de una relación, hay diferentes formas de lastimar a una persona. Ahora lo hiciste, pero no de la forma en la que hablo.

― No entiendo.

― Hace años, nos dijeron que en ocasiones es necesario sufrir para amar, ahora veo que es verdad, pero no pienso permitir que mi hermana sufra demás. ―con un último sorbo, se alejó.

La familia Dumas es muy extraña, bastante.

Mirando por última vez su balcón, me fui, seguiré el consejo de su hermano, le daré tiempo, necesito hablar con ella, pero cuando esté más calmada, no tengo ni idea de cuánto tardará eso, pero espero que no sea mucho.

Esa noche no regresé a mi departamento, no quería encontrarme con Danna, fui a un hotel y pasé la noche sin poder dormir bien. Jamás pensé que esto se podría complicar.

Porque, ni ella ni yo buscamos algo más que sexo, pero sé que no lo tendrá conmigo por lo de Danna, y no quiero que sea así, no quiero que por su culpa dejemos de vernos, no ahora que lo pasamos tan bien.

Como diría Amunet, vaya mierda.

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