Breathe [Seoksoo]

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El celular de Seokmin estaba roto y apenas podía navegar por la pantalla, bien, había sido su culpa lanzarlo con fuerza contra la pared para luego arrepentirse, quizás no fue el acto más inteligente, pero sin duda no era el más idiota, su acto más idiota era pensar que podía llevar todas sus maletas en el autobús. No podía, la gente se tropezaba con sus dos enormes maletas y su cactus e incluso le picó el trasero a una señora con él, Seokmin tuvo que aclarar que había sido un accidente y que su cactus no era un acosador.

Asi que, en el autobús en medio de un día lluvioso y con la noche cayendo estaba seguro que su segundo peor acto fue sentarse de lado a la ventana y no del pasillo, porque cuando una persona se sentó a su lado impidiendo su paso se dio cuenta de que tendría problemas para salir, pero no podía hacer nada porque esta persona estaba distraída hablando por teléfono.

—¿Qué tiene que las flores sean rosas?— Preguntó el tipo a la persona detrás de la línea y Seokmin miró de reojo, había estado escuchando la conversación en secreto. No era su culpa, no podía decirle a sus oídos que dejaran de escuchar. —Si no te gustan hubieras organizado todo tú... si, estoy quejándome, ni siquiera es mi evento...Lo siento... sabes que voy a hacerlo, no tienes que molestarte... porque te conozco, sé que estás molesto, y probablemente ni si quiera son por las flores... Está bien, adiós.

Seokmin vio colgar al tipo que parecía estresado, debía estar estresado porque se llevó ambas manos al rostro y suspiró con fuerza. Seokmin miró a otro lado fingiendo que no había escuchado nada.

Golpeó con los dedos la maceta de su cactus y miró por la ventana.

Estaba lloviendo, hacia un poco de frio, y él estaba dejando la casa que había compartido con la persona que amaba. Despues de cinco años. Se sentía extraño, fuera de lugar.

Se sentía perdido.

Miró su cactus y observó a su roca acurrucada en este, la acarició con el dedo y suspiró cerrando los ojos. Se sentía extraño, perdido y cansado, un sentimiento más a la lista de cosas negativas en su cabeza.

Extraño, perdido, cansado... solo... triste... un poco humillado.

Quizás si se hubiera dado cuenta... El sentimiento amargo hizo que sus ojos ardieran a punto de querer llorar, por eso mantuvo los ojos cerrados esperando a que eso pasara. No quería llorar de nuevo.

No quería pensar de nuevo.

Se quedó así hasta que la sensación se fue.