Breathe [Seoksoo]

5

La tienda que encontraron era espaciosa y por suerte una persona atendía y no una maquina, Seokmin se sentó en una barra junto al ventanal con sus maletas mientras Joshua compraba el celular. Le prometió prestárselo una vez lo tuviera así que Seokmin solo tenía que mirar por el espejo la espalda de Joshua y el empleado. Era tarde, las once y media de la noche y aunque los autos pasaban uno tras otros con sus luces la calle estaba libre de peatones, parecía solitaria.

Jugó con su collar entre sus dedos y miró a su cactus y a su piedra. Kakku. El nombre de su piedra era Kakku, y estaba un poco sucia con la tierra del cactus asi que la limpio con el dedo. Sintió algo extraño en Kakku y apartó su dedo para ver la pequeña grieta.

¿Por qué estaba rota?

Cerró los ojos recordándolo.

"¡Pudiste lastimarme!"

"¡Quería hacerlo! ¡Quiero hacerlo! ¡Quiero lastimarte!"

"¡¿Por qué demonios quieres hacer eso?! ¡¿prefieres lastimarme que hablar conmigo?! ¿es eso lo que quieres?... No vas a lanzar esa estúpida piedra, Seokmin...Seokmin...Deja de lanzar cosas como un jodido niño y hablemos..."

Respiró profundo y cerró los ojo colocando el tuvo hueco del collar entre sus labios. Exhaló a través de él y el suave sonido del aire pasar distrajo sus pensamientos.

"¡No quiero hablar!"

"¡Cuidado!"

—Puedes hacer tu llamada.— La voz de Joshua lo trajo de vuelta y giró de golpe para mirarlo quitándose el collar de la boca. Le estaba ofreciendo el celular, y una pequeña bolsa.

—¿ah? La paleta...

—Es de fresa, es el mismo sabor que el helado solo que en una presentación distinta.— Joshua le sonrió un poco sentándose a su lado y abriendo el empaque de otra paleta helada, esta era de vainilla. —Dijiste que no las comías desde que eras niño. Has sido perdonado asi que puedes comerlas.

Seokmin sonrió tomándola y abriéndola con interés.

—Gracias. Te la pagaría pero mi cartera está al fondo de mi maleta.— Habló con la boca llena.

—Está bien así.

—Lo siento por decirte Scrooge, eres todo lo contrario. Altruista y te gusta la navidad.

Joshua sonrió.

—Haz tu llamada. Si no recuerdas algún numero solo pide un taxi.

Seokmin asintió comenzando a marcar, sabía algunos números de memoria.

—Te presento a mi cactus y a mi piedra, la piedra se llama Kakku.— Acercó la maceta a Joshua mientras se levantaba del asiento. —Los dejaré contigo como prueba de que volveré.

Se levantó del asiento y salió de la tienda esperando a que respondieran, observó a Joshua a través del ventanal, el chico estaba observando el cactus como si fuera un niño. Incluso se pinchó la mano.

—¿hola?

—¡Hoshi!— casi gritó emocionado.

—¿Seokmin? ¿¡dónde estás ahora!? ¡Se suponía que estarías aquí hace horas! ¡Te estuvimos buscando por todos lados! Jihoon no me ha dejado descansar, estábamos a punto de poner un letrero con tu cara por todas las calles.

—Es una historia larga. Necesito que vengas por mi.

—¿Dónde estás? Te dije que esperaras a que saliera del trabajo ¿y que si tenías que quedarte algunas horas con tu ex? Mis ex querían matarme pero aun así me quedaba por lo menos una semana entera para mudarme.

Rodó los ojos y trató de no molestarse con Hoshi, no tenía tiempo para discusiones.

—Solo ven por mi.

—Está bien, Min, dame la dirección.

Seokmin asintió regresando a la tienda para preguntar. Joshua aun estaba allí admirando el cactus.

Y despues de un pequeño intercambio de palabras colgó.

—Gracias.— Le dijo a Joshua regresándole el celular y sentándose a su lado. —Y gracias por el helado.

—¿Por qué el cactus no tiene nombre?

—¿ah? es que... no sé, solo no le he puesto.

Joshua lo miró con una mejilla recargada en su mano.

—¿puedo nombrarlo?

—Claro, mi agradecimiento por la paleta y el celular.

—Tu cactus ahora se llama Mark.

—¿Mark?

—Si, Mark.