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Seokmin se despidió de todos con una sonrisa, era tarde por la noche y Jun le había insistido en llevarlo al departamento pero se negó porque simplemente quería caminar, o no, no era por eso que se había negado, sino por la resiente insistencia de Jun acerca de aceptar su invitación de ir a la boda de Jeonghan. Jun no quería aceptar un no por respuesta, pero Seokmin estaba siendo firme en ello.

Sus razones para no asistir a la boda eran claras; no quería incomodar a Joshua ni molestarlo y no conocía lo suficiente a las personas que estarían allí. Y tenía otros planes ese día. O estaba pensando en tener planes ese día.

La cosa era que no asistiría a la boda, pero podía ver a Joshua tomándose medidas para el traje (a pesar de que Seokmin pensaba que eso solo lo hacían los novios) y tratando de acomodar todo para que la boda fuera perfecta. Lo único que podía hacer era darle ánimos y limpiar el departamento encargándose de las tareas de Joshua.

Si Joshua le ofreciera ir...

—Seokmin.

Giró reconociendo la voz y ni siquiera se asustó al verlo, tampoco se sorprendió, una parte de él ya esperaba que llegara buscándolo de una forma u otra así que solo lo dejó pasar. Se detuvo en medio de la calle y lo esperó.

—Hola.— Saludó.

—Hola.

Seungkwan saludó.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo vio, pero lo recordaba, lo recordaba de todas esas veces que recordaba a Mingyu y que recordaba haber llegado a casa y encontrarlo sobre su cama. El Seungkwan que estaba viendo era igual que el que veía siempre que recordaba a Mingyu, y esa noche. El mismo. Miró a la calle oscura sabiendo que faltaban pocas calles para llegar a su departamento.

—¿quieres tomar algo?



El silencio era incomodo, habían sido amigos y habían hablado mucho tiempo antes, pero ahora no había nada que decir, o al menos para Seokmin quien había cerrado ese asunto hacia meses, o algo así. Quizás no lo cerró. Quizás lo hizo pero el tema seguía revotando para golpearlo en el corazón tantas veces como fueran posibles. Saberlo era un dolor de cabeza. Aun así miró a Seungkwan quien se encogió en hombros con su café helado.

—Sé que soy la última persona en el mundo a quien quieres ver...— Seungkwan habló tan suave que apenas se escuchó. —Pero quería saber como estabas.

—Pasó hace meses ¿Por qué hasta ahora? ¿Terminaron?

—No... es que...— Seungkwan comenzó a titubear viéndose más incómodo. Seokmin lo odiaba. Pero no lo odiaba lo suficiente. —Nunca me disculpe.

—Ah.

Hubo silencio. Seokmin parpadeó mirando por la ventana. No tenía nada que decirle a Seungkwan, lo odiaba, quizás, pero no quería insultarlo ni traer viejos recuerdos, de alguna forma el tiempo había disipado un poco sus palabras. No quería gritarle, o lastimarlo, o hacerlo sentir culpable. No quería nada de él.

—Escuche que sales con alguien.— no respondió. —Es lindo. ¿es más joven?

—Es un año mayor. O dos.

—Oh... también escuche que tiene un buen trabajo.

—Vende helados.

—¿Qué?

No era del todo mentira... bueno, un poco, Seokmin jamás se interesó mucho por saber que hacia Joshua exactamente, solo sabía que eran juntas con gente pretenciosa y muchos papeles.

Breathe [Seoksoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora