Breathe [Seoksoo]

54

Seokmin tenía que conseguir su propio departamento. No quería molestar más a Hoshi y Woozi y definitivamente no quería volver con Mingyu, pero era difícil pensarlo cuando ni siquiera podía levantarse de la cama, desde que se encontró con Mingyu sus fuerzas lo habían abandonado y ya no podía salir de su habitación, y estaba preocupando a sus amigos, tanto que incluso Mingyu los convenció de dejarlo pasar alegando que solo él podía ayudarlo con "los ataques" Seokmin no necesitaba ayuda de nadie y no quería ver a Mingyu, pero no tenía suficientes ánimos o fuerza como para discutir con él.

Mingyu solo llegaba y entraba a la habitación y se quedaba allí tratando de consolarlo, esto molestaba a Hoshi y a Woozi, pero ellos parecían pensar que si le hacia bien a Seokmin entonces era un mal a soportar. Pero Mingyu no estaba ayudando un carajo, seguía con su idea de "entrar en razón" y regresar a su antiguo departamento para "hacer las cosas bien". Seokmin no iba a regresar allí.

Estaba haciendo lo que Mingyu quería. Dejar que poco a poco se desenamorara de él para que lo dejara en paz, porque Seokmin estaba teniendo un humor horrible y no podía hacer nada sin ayuda.

Hasta él mismo estaba detestándose.

Fue un día en el que Mingyu no fue a lavarle la ropa que tuvo que ir a su closet y sacar algo nuevo. Había estado usando las mismas pijamas sin interés de salir o verse bien, así que tener que ir al closet y tomar algo nuevo se sintió extraño.

Siempre pensó que se vería extraño vestido como Joshua, pero una vez encontró la camisa y la corbata en el armario no pudo evitar intentar imitar el estilo. Quizás porque se aburría, o quizás porque estaba cansado de la pijama, de cualquier forma se vistió como un profesor de universidad y eso le provocó una risita al mirarse al espejo.

Tomó su celular y tomó una foto.

Me veo como tú.<<

Jeje<<

Por suerte la habitación estaba tan limpia como la había dejado Mingyu esa mañana. No esperó una respuesta, pero llegó.

>>Te ves bien imitándome.

>>¿es una muestra de admiración?

Es una muestra de que con dinero puedo verme mejor que tú.<<

>>Con esfuerzo puedes imitarme, pero no eres mejor, yo me veo así todos los días.

Joshua mandó una fotografía reflejándose en un enorme espejo, y se veía odiosamente bien, Seokmin casi hizo un puchero como si compitiera. Sin embargo ¿no se veía un poco cansado? Seokmin podría verse cansado también, pero no como Joshua, de alguna manera se veía más apagado que otros días.

Te ves cansado.<<

>>Y tú te ves triste.

Oh. Vaya.

No estoy triste.<<

>>Y yo no estoy cansado.

Seokmin lo llamó. Joshua podía no responder si estaba ocupado, pero Seokmin tenía un punto que probar.

—Tengo que volver al trabajo...

—¡Te escuchas cansado!— Se quejó. —Así que si estás cansado ¿duermes bien?

—Y tú te escuchas triste. Estamos empatados. ¿Qué pasó, Seokmin?

—Yo llame primero, tienes que responder.

Joshua suspiró.

—Tengo demasiado trabajo y debo planear una boda, eso cansa un poco. ¿Por qué estás triste?

Hizo un pequeño puchero sentándose en su cama.

—Tengo que mudarme porque molesto a mis amigos, pero creo que van a despedirme tarde o temprano.

—Si necesitas trabajo puedo conseguir algo para ti.

—¿tipo nepotismo?

—Tipo amigo recomendando a otro. Como un favor.

Seokmin sonrió.

—Eres demasiado bueno, se malo, si eres demasiado bueno la gente se aprovechara de ti.

—Mira quien lo dice.— Escuchó la risa de Joshua a través de la línea, y eso lo alegró. —Soy bueno con mis amigos, solo con ellos, no soy bueno con la demás gente como tú. Porque tú eres bueno con todos.

—Solo intento ser amable. La gente da miedo si no eres amable.

—¿la gente te da miedo? ¿por eso eres amable? Bien, la próxima vez que salgamos sé desagradable, nadie podrá decirte nada conmigo allí.

—¡Eso es cruel!

—Querías que fuera malo.

Quería ver a Joshua. Despues de varios días en los que no pensó mucho en él y en los que apenas hablaron sintió su falta como un peso extra, como algo que extrañaba sin darse cuenta, como cuando el ruido en su cabeza de pronto se calmaba y él podía respirar. Joshua era esa calma en persona.

—Salgamos a ser malos ahora, sal de tu trabajo y yo salgo de mi cuarto.

—¿ahora?

—Si, necesitas descansar y yo desentristecerme, ¿cierto?

Hubo un corto silencio.

—Ah, supongo que no te vestiste como yo para estar en tu cuarto. Está bien, salgamos a ser malos.

Seokmin sonrió.