Capítulo 07: Vagando entre las sombras

290 42 189
                                    


Los segundos siguientes fueron de completa confusión, seguidos de un rápido alboroto. La gente comenzó a levantarse de sus asientos, las parejas se tomaban de las manos y comenzaron a salir de la carpa, mientras los Aurores los guiaban en dirección a los limites más cercanos de la madriguera, sin alejarse de la carpa. James y Lily se pusieron uno delante del otro, pegando su frente y chocando suavemente la punta de sus narices entre ellos.

Hermione se levantó casi de un salto y chasqueó sus dedos para atraer su varita a la mano. Se encontró a Eileen en medio del camino en el que la multitud se estaba desperdigando. Fleur había sacado su varita y le estaba gritando a su hermana y a su nuevo cuñado que se refugiaran. Alguien gritó, una voz femenina se alzó por encima de todas las voces que se tropezaban al salir. Los encantamientos de protección de la madriguera se rompieron con un estallido de luces.

De pronto varias nubes negras llenaron el cielo oscuro, y una de ellas entró en la carpa con una llamarada de fuego, quemando el techo. Un destello verde se pudo ver en el centro de la pista de baile, y el cuerpo de un invitado salió volando por el aire cuando Alizee Delacour apareció blandiendo su varita. Los mortífagos habían llegado a la madriguera.

¡Luna, espera! – gritó Xenophilius a lo lejos, arrastrado por la multitud.

Luna había salido de esta y se había encontrado con Eileen y Hermione, quienes se habían tomado de las manos para evitar separarse por el gentío que comenzó a lanzar hechizos y a protegerse de los de túnicas negras y enmascarados de plata. Shui apareció y quemó la estatua de hielo que representaba a dos fénix, en un intento por golpear a Erika, quien esquivó la maldición por poco gracias a Pyxis, quien la tomó del brazo y la jaló a tiempo.

¡Ginny! – gritó Harry, intentando alcanzar a la joven de cabello pelirrojo, quien luchaba al lado de su hermano.

¡Huyan, Ahora! – gritó Lupin, tomando al chico y jalándolo, alejándolo de su esposa.

El hombre logró proteger al chico de una maldición que le pasó rosando las gafas, y que tristemente impactó en una de las invitadas más jóvenes de la boda, justo cuando su familia estaba a punto de salir por medio de aparición.

Harry fue tomado por el hombro por su hermana, y cuando los cuatro estuvieron sujetados entre sí, desaparecieron en un estallido justo cuando una gran bestia apareció delante de ellos. No era un ave gigante de colores azules como el hielo y el mar, que bramaba con intensa rabia y soltaba relámpagos con el batir de sus alas.

Era una bestia felina, de gran melena como un globo imbuido de púas, y su rugido ensordeció el estallido de la aparición del cuarteto, desapareciendo de la boda.

Luna reconoció a la perfección al Nundu en el que Daphne se transformaba.

Tan rápido como llegó aquel animal, se había desvanecido de la visión de los cuatro, y en el instante en el que parpadearon, se encontraron delante de una multitud que al parecer ni siquiera se habían dado cuenta que habían aparecido en medio de ellos. Los muggles caminaban por la avenida como si tuvieran cosas más importantes que hacer.

De prisa. – dijo Hermione, jalando a Harry y Luna, con Eileen al frente.

Entre la multitud y con su paso acelerado, la hermana menor de los Potter comenzó a recuperar su forma natural, de gran musculatura y un reconocible cabello negro azabache.

¿Dónde estamos? – preguntó Luna, aún aturdida por lo que vio.

Londres, cerca de mi casa. – dijo Hermione, jadeando al caminar. – Recordé el teatro que estaba cerca, fue lo primero que se me ocurrió.

Hermione Grindelwald - Tears of Magic BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora