One-Shot #02: Retomando enseñanzas (+18)

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Querían detalles?! Tomen sus detalles! El próximo One-shot es el de Luna y la tan experada explicación. Espero tenerlo listo pronto. 

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3 de mayo

La casa de campo de la familia Delacour estaba aislada, no solo por los campos mágicos que protegían la casa de cualquier intruso, sino también geográficamente, el poblado muggle más cercano estaba muy lejos, y solo había un camino para llegar en auto, uno aislado y que solo era conocido por pocas personas, pues este atravesaba un denso bosque que bajaba por la colina tras los campos de lavanda que rodeaban la casa. Las vistas eran maravillosas, y la zona era tan grande que cualquiera se preguntaría a que familia le pertenecerían esas hermosas tierras.

Desde que había llegado, Hermione había permanecido en el interior de la casa durante casi todo el tiempo, cuidando de la recién nacida y su madre, al igual que lo hacían su esposo y su hermana, pero cuando llegaron las visitas del aquelarre Veela, Hermione salía y entraba en la pequeña casa varias veces, muchas entre pequeños cuchicheos y risitas coquetas, de parte de algunas de las más jóvenes. Fleur bromeó mucho con el hecho de que Hermione seguía levantando furor entre las jóvenes e inocentes con cada paso que daba, lo que sonrojó, pero también hizo reír a la rubia de ojos esmeraldas.

Esa noche, luego de un largo día, Hermione se encontraba en los límites del bosque que bajaba la larga colina, y a lo lejos, en el firmamento oscuro y cubierto de nubes, se asomaba una pequeña porción de la luna, que no tardaría mucho en convertirse en luna nueva. Esa noche, la joven bruja se encontraba vistiendo una vieja camisa blanca holgada que le llegaba por debajo del pecho, exponiendo su vientre plano, aunque marcado, un poco con las líneas de sus abdominales, lo demás con suaves cicatrices que iban de un lado a otro, y una falda de color negro muy suave y sencilla.

La joven mujer se encontraba sumida en sus pensamientos, contemplando la luna sentada sobre las raíces de un árbol, no muy lejos del acantilado, y los sonidos del bosque eran tan conocidos para ella, de la peor forma posible, que, a pesar de tener su mirada clavada en el cielo, y su mente en otro sitio, su instinto le hizo reaccionar de inmediato cuando escuchó pasos acercándose. Su primer pensamiento, cuando regresó en sí, fue sacar su varita, pero recordó en donde se encontraba... fue en eso que se dio cuenta de las luces que emanaban de las varitas que se acercaban a ella.

Cuando la luz se acercó, pudo verlas con mayor claridad; eran una pareja, madre e hija, de las muchas Veelas que habían acompañado al aquelarre ese día para celebrar el nacimiento de la pequeña Victoire. Ambas eran extraordinariamente bien parecidas, como todas las veelas que había tenido la dicha de conocer, de piel clara y cabellos dorados cual rayos de sol y rojos labios cual carmín. La hija, Isabelle, tenía una preciosa trenza atada en forma de cola de caballo, y sus ojos azules eléctricos parecían brillar como zafiros a la luz de la luna. Su madre, Giselle, por otro lado, tenía el pelo completamente lacio, aunque mucho más largo, pues al contrario que su hija, cuyo cabello llegaba apenas a la espalda alta, el suyo alcanzaba a rosar sus caderas.

Mademoiselle Giselle. Isabelle... ¿Qué las trae aquí en esta bella noche de primavera? – preguntó Hermione, cortésmente, guardando su varita de vuelta en la funda, la cual había sacado con gran rapidez, una vez más, por instinto.

Madame Grindelwald. Le agradezco, de parte de todas, por haber ayudado a la pequeña Gabrielle en este día tan importante. – Giselle posó su mano sobre la espalda de su hija, y ambas se inclinaron en una elegante reverencia.

Por favor, no necesitan hacer eso, ni agradecerme. – decía la joven británica, levantándose. – Gabrielle es una parte importante de mi vida. Era lo mínimo que podía hacer.

Hermione Grindelwald - Tears of Magic BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora