Hermione Grindelwald - Tears of Magic Blood

Capítulo 53: La Sexta y Última

Jueves 12 de Octubre del 2000, Noruega

Hermione se acercó hasta la mujer y extendió su mano suavemente, y cuando la joven bruja de piel oscura tendió su mano, el agarre fue, por un instante, más fuerte de lo que hubiera esperado de alguien de su aparente fuerza, pues era tan delgada como una modelo. Hermione respingó ligeramente ante el agarre que se suavizó rápidamente.

— S-Shenzi, es un placer. – dijo Hermione, aun resintiendo el pequeño apretón. – escuché... que llevas saliendo con el señor Delacour desde hace unos cuantos meses.

— Así es... nos conocimos en Uganda, en el ministerio de magia cuando iba a entregar las acreditaciones para mi trabajo como profesora en Uagadou. – dijo la bruja de piel oscura, acabado con el saludo cordial.

El porte de Shenzi era mucho mayor al que uno podría esperar de una profesora cualquiera. No estaba parada apropiadamente, sino elegantemente. Suaves giros de muñeca e inclinaciones de cadera propias de una modelo... si Hermione no estuviera segura, puesto que Fleur lo hubiera mencionado al ser algo increíblemente irónico, hubiera pensado que se trataba de una Veela con piel de chocolate.

— Felicidades por eso. Yo estoy aspirando a ser profesora también. – Hermione se llevó la mano a la cadera, intentando disimular que se frotaba suavemente el pulgar sobre la zona que Shenzi apretó de más.

— Mucha suerte con eso. Escuché que los exámenes en Reino Unido son... extenuantes. – la suave expresión de la africana, junto con la tenue sonrisa que mostró, provocó que Hermione sonriera... de una manera forzada. Shenzi entonces ladeó su cabeza mecánicamente hacia Louis Delacour, hablándole con cierta dulzura. – Querido, ¿no es momento de que nos presentemos con los Señores de Kallig?

— ¡Oh! ¡Si, sí, claro! – dijo Monsieur Delacour, asintiendo rápidamente antes de darle dos rápidos y cariñosos besos a su hija mayor en cada mejilla. – Te veré más tarde, cariño. Mademoiselle Grindelwald, un placer, nos veremos dentro de poco.

— Igualmente, Monsieur. – dijo Hermione, dándole paso al francés, seguido por su acompañante.

Shenzi asintió cordialmente antes de acercarse a paso veloz con el señor Louis Delacour, tomándolo del brazo mientras caminaba elegantemente. Su caminar le gritaba a Hermione a todas luces que era el caminar de una modelo, como si se esforzara por destacar... aunque con el ceñido vestido que llevaba, no la culparía. Seguido de eso, Hermione como el resto se despidieron del señor Williams, que fue acompañado por Astoria hacia la casa comunal de los Kallig y Valín.

— ¿Qué me dices...? – dijo Fleur, con una sonrisa en el rostro congelada en su piel. Casi se podía escuchar el rechinar de sus dientes al hablar.

— No te cae bien. – Hermione imitó la forma de hablar de Fleur, hasta que vio como la silueta de ambos, Monsieur Delacour y Shenzi desaparecían para dirigirse a la casa comunal.

— Por supuesto que no me cae bien esa gata rompe hogares, usurpadora malagradecida, hija de las arpías. – con cada insulto que salía de su boca, su rostro se iba deformando en una mirada de desprecio.

— Wow, y me la vendiste como algo bueno cuando nos reunimos. – dijo Hermione, pensando por un momento que Fleur se transformaría en la versión griega de sus ancestros.

— Cuidado, Fleur... no queremos a Uganda de enemigos. – mencionó Harry, acercándose a las dos rubias de ojos brillantes. – De por si nos patearon el trasero la última vez en el Quidditch.