Capítulo 44: La mano sin un dedo

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Ambas mujeres se reunieron y se abrazaron en el centro de la oficina. Lily la tomó en sus brazos y se aferró a ella alegremente, sonriendo como una niña, mientras la joven mujer de cabello platinado se aferraba a ella con ternura, disfrutando del nostálgico olor a flores que emanaba de su cabello cobrizo. Lo extrañaba demasiado.

Que gusto verte de nuevo, querida. – decía Lily, limpiándose los rastros de una lágrima de su mejilla mientras terminaba el abrazo, sosteniendo una de las manos de Hermione.

Lo mismo digo... pero por favor, nunca me obligues a subirme a un avión muggle nunca más. – dijo Hermione, aferrándose a la mano de Lily. Aún tenía mareos por el viaje.

Lo tendré en cuenta. – dijo Lily, riéndose. Sabía a lo que se refería, por que probablemente así se sintió en su primer viaje... aunque quizás no tan dramáticamente como le pasó a la joven bruja. – ¿Tienes hambre? ¿Quieres algo de comer? Te veo muy delgada.

Estoy bien, tranquila. – mintió la joven mujer.

Por supuesto que estaba más delgada, por lo menos se le notaba en las mejillas y quizás en su vientre, pero fueron Fleur y después Astoria quienes le confirmaron que no había adelgazado en las mejores partes.

De acuerdo... pero si te ves muy delgada. – preguntó Lily, rodeando el escritorio y volviéndose a sentar. – ¿Estás comiendo bien?

Creo que estoy pasando por un deja vú. – dijo Hermione, rascándose detrás de su nuca, como un tic.

Eso significa que no. – dijo Lily, mirándola severamente.

¡E-Espera! – dijo Hermione, sabiendo que la había regado.

Me prometiste que te mantendrías sana. – la voz de Lily se estaba tornando cada vez más severa.

¡Y eso he hecho! Sana y salva, como puedes ver. No me falta nada de nada. – dijo la chica, girándose y mostrándole a la ministra que no tenía ningún miembro extraviado o algo peor.

¿Qué te parece una cama? O una habitación, puede ser... ¿Quizás una casa propia? – preguntó Lily, posando sus brazos sobre el escritorio. Eso no era buena señal.

Ya tengo una casa. – dijo Hermione, raspando un poco la garganta.

Una casa que, si lo recuerdas, por que te lo notifiqué, fue atacada por Shui Chang pocos días después de que te fuiste del país. – comentó Lily, como un policía relatando los hechos a un sospechoso.

Tengo otra casa. – respondió rápidamente Hermione, con nerviosismo.

¿Te refieres a esa casa que rentaste en Francia cuando localizaste a Alizee y ella destruyó? – Lily arqueó una ceja acusadora a Hermione, volviéndola a atrapar en la mentira.

Ah...

Y antes de que tan siquiera lo menciones, No. – interrumpió Lily, antes de Hermione tuviera posibilidad de inventarse algo más. – El castillo de Malicus en Alemania no cuenta como una casa. ¡Ni siquiera pasas ahí más tiempo del necesario, no has dormido ahí ni una sola vez!

No sabes eso. – dijo la chica con nerviosismo.

¡Claro que sé sobre eso, Malicus y Rashel me informan cada vez que descubren alguna pista! – Lily parecía estar más enterada de lo que dejaba ver, lo que hizo refunfuñar un poco a la rubia.

Son mis acólitas. – dijo Hermione con cierto reproche, soltando un suave puchero.

Y Fleur está saliendo con Malicus, por supuesto que voy a atraparla para que me cuente como está mi hija. – Lily parecía estar muy orgullosa de su habilidad para chismorrear con quien decidiera tomar el té con ella.

Hermione Grindelwald - Tears of Magic BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora