Ambas mujeres se reunieron y se abrazaron en el centro de la oficina. Lily la tomó en sus brazos y se aferró a ella alegremente, sonriendo como una niña, mientras la joven mujer de cabello platinado se aferraba a ella con ternura, disfrutando del nostálgico olor a flores que emanaba de su cabello cobrizo. Lo extrañaba demasiado.
― Que gusto verte de nuevo, querida. – decía Lily, limpiándose los rastros de una lágrima de su mejilla mientras terminaba el abrazo, sosteniendo una de las manos de Hermione.
― Lo mismo digo... pero por favor, nunca me obligues a subirme a un avión muggle nunca más. – dijo Hermione, aferrándose a la mano de Lily. Aún tenía mareos por el viaje.
― Lo tendré en cuenta. – dijo Lily, riéndose. Sabía a lo que se refería, por que probablemente así se sintió en su primer viaje... aunque quizás no tan dramáticamente como le pasó a la joven bruja. – ¿Tienes hambre? ¿Quieres algo de comer? Te veo muy delgada.
― Estoy bien, tranquila. – mintió la joven mujer.
Por supuesto que estaba más delgada, por lo menos se le notaba en las mejillas y quizás en su vientre, pero fueron Fleur y después Astoria quienes le confirmaron que no había adelgazado en las mejores partes.
― De acuerdo... pero si te ves muy delgada. – preguntó Lily, rodeando el escritorio y volviéndose a sentar. – ¿Estás comiendo bien?
― Creo que estoy pasando por un deja vú. – dijo Hermione, rascándose detrás de su nuca, como un tic.
― Eso significa que no. – dijo Lily, mirándola severamente.
― ¡E-Espera! – dijo Hermione, sabiendo que la había regado.
― Me prometiste que te mantendrías sana. – la voz de Lily se estaba tornando cada vez más severa.
― ¡Y eso he hecho! Sana y salva, como puedes ver. No me falta nada de nada. – dijo la chica, girándose y mostrándole a la ministra que no tenía ningún miembro extraviado o algo peor.
― ¿Qué te parece una cama? O una habitación, puede ser... ¿Quizás una casa propia? – preguntó Lily, posando sus brazos sobre el escritorio. Eso no era buena señal.
― Ya tengo una casa. – dijo Hermione, raspando un poco la garganta.
― Una casa que, si lo recuerdas, por que te lo notifiqué, fue atacada por Shui Chang pocos días después de que te fuiste del país. – comentó Lily, como un policía relatando los hechos a un sospechoso.
― Tengo otra casa. – respondió rápidamente Hermione, con nerviosismo.
― ¿Te refieres a esa casa que rentaste en Francia cuando localizaste a Alizee y ella destruyó? – Lily arqueó una ceja acusadora a Hermione, volviéndola a atrapar en la mentira.
― Ah...
― Y antes de que tan siquiera lo menciones, No. – interrumpió Lily, antes de Hermione tuviera posibilidad de inventarse algo más. – El castillo de Malicus en Alemania no cuenta como una casa. ¡Ni siquiera pasas ahí más tiempo del necesario, no has dormido ahí ni una sola vez!
― No sabes eso. – dijo la chica con nerviosismo.
― ¡Claro que sé sobre eso, Malicus y Rashel me informan cada vez que descubren alguna pista! – Lily parecía estar más enterada de lo que dejaba ver, lo que hizo refunfuñar un poco a la rubia.
― Son mis acólitas. – dijo Hermione con cierto reproche, soltando un suave puchero.
― Y Fleur está saliendo con Malicus, por supuesto que voy a atraparla para que me cuente como está mi hija. – Lily parecía estar muy orgullosa de su habilidad para chismorrear con quien decidiera tomar el té con ella.
ESTÁS LEYENDO
Hermione Grindelwald - Tears of Magic Blood
Fanfiction- La Tercera Parte de la Saga de la Niña que Vivió. - La Historia de Lady Grindelwald pronto llegará a su fin. Dumbledore a muerto, y el mundo mágico se ha quedado sin uno de sus mayores defensores. Los seguidores del señor tenebroso se vuelven cad...