One Shot #03: Viejos Recuerdos (+18)

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Mi recomendación? Discreción, y dejenlo para la noche o algo... está bastante cargado. Felices fiestas y espero retomar la historia en el próximo cap.

Agradezcanle a la querida @Peacekeaper por haber realizado la base y la mayor parte de la escritura de esta y el anterior One Shot +18. Próximamente, más de capítulos hot de su parte.

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3 de mayo, hogar de Daphne y Luna

El comedor no tenía nada que envidiarle al de Hogwarts. Las paredes, encantadas para parecer infinitamente más altas de lo que eran en realidad, hechizadas para reflejar un cielo nocturno ominoso y bello, resaltaban a la perfección las columnas de madera negra talladas al maravilloso estilo gótico que manejaba el resto de la mansión, la chimenea a un costado, ardiendo con un intenso y cálido fuego daba una relajante sensación, y las ventanas cubiertas por largas cortinas de ceda del color del vino tinto añadía cierto aire romántico al momento.

Pero lo que devoraba el romanticismo en el aire, y lo convertía en pasión y lujuria pura, era la apariencia de Daphne en aquel momento. La señora de la casa había mandado a Hermione al comedor para prepararse adecuadamente para ella, al fin y al cabo, sería la primera vez en años que pasaran un momento a solas, sin nadie que los interrumpiera. Lo que no se esperaba la bruja de cabello platinado, era que la Greengrass llegaría al comedor vistiendo un entallado camisón de seda verde. Y nada más.

Por supuesto, que la cena estuvo de fábula, pero la mente de Hermione estaba dividida entre las cosas que decía; como lo eran explicarle a Daphne de la forma más sencilla posible lo que había estado haciendo en estos dos años de ausencia, las acciones que su cuerpo hacía; como comer y removerse en el asiento para acomodarse, y finalmente intentar que las acciones de Daphne no le hicieran perder la cabeza, como llevaba tratando de hacer desde el inicio de la cena. La mesa de su comedor era tan larga como la habitación misma, pero ambas mujeres estaban una delante de la otra, y mientras Hermione hacía todo lo posible por mantenerse lo más cuerda posible, Daphne ya había comenzado a recuperar el tiempo perdido.

Podrías por favor... ¿actuar con un poco de madurez? – Hermione intentaba mantenerse lo más erguida posible, pero había pequeños espasmos que la hacían inclinarse hacia adelante, y su rostro se mostraba bastante acalorado.

¿Oh? Lo estoy haciendo. – Daphne no estaba mejor que Hermione. Se había deslizado sobre su silla apenas sobresalía su cuerpo por debajo de sus pechos, con sus brazos cruzados debajo de estos. – Te estoy dando un escarmiento por habernos dejado solas tanto tiempo.

Sabes por qué lo hice. – Hermione mantenía aquella mirada arrogante en sus ojos, sosteniéndola hacia Daphne, quien ya tenía un ojo cerrado y el segundo a fuerzas podía mantenerlo abierto.

Lo sé, amor... y, aun así, te mereces cada castigo que quiera darte. – cada pequeña palabra que soltaba Daphne era una pesada exhalación que apenas podía controlar.

Aquí... la única que puede castigar soy yo, Greengrass. – Hermione se retorció ligeramente, inclinándose más sobre la mesa, dejando que sus pechos detuvieran su avance, apretándose contra la madera tallada de la mesa.

¿En serio? No recuerdo... que te ganaras ese derecho. – Daphne parecía mucho más agitada que antes, y en cada pausa que hacía para agarrar aire, un suave gemido se ahogaba en su garganta.

Lo gané... desde el día en que la pequeña Luna te sometió. – Como si Hermione hubiera alzado su pierna para darle un golpe, Daphne soltó un quejido mucho más agudo.

Maldita... engreída.

Ambas se estaban atacando la una a la otra.

Daphne había usado su varita para conjurar el encantamiento Socius Mutantur en Hermione durante la cena, y mientras ella le daba los cuantiosos detalles de lo que había estado haciendo en los últimos años, Daphne no tuvo mejor idea que deslizarse suavemente por su asiento y estirar sus piernas, más allá de la mesa, tocando suavemente el encantado miembro viril que había conjurado para Hermione. La rubia de ojos esmeraldas por supuesto que sintió cuando el encantamiento entró en efecto, pues el hechizo estaba diseñado para que sintiera todo lo que tocara; sus ropas, el aire a su alrededor, y por supuesto, todo lo maravilloso que tocaba con este.

Hermione Grindelwald - Tears of Magic BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora