Las aguas del pensadero se aclararon, y una colina de un verde veraniego surgió. En su cima, se hallaban dos jóvenes chicas, paradas una frente a la otra en lo alto de la pequeña colina. La más joven, de vestido largo con flores lavandas estampadas en su tela, extendió y levantó su brazo suavemente, y de la palma de su mano surgió una pequeña margarita, sin tallo, sin semilla, la flor pura y sencilla. Los ojos verdes de la chica se entrecerraron por sus mejillas, se elevaban ante una genuina sonrisa, y su cabello cobrizo se agitó suavemente con el aire.
Sus ojos se encontraron con los ojos oscuros de su hermana mayor, y en lugar de encontrarse con la misma ilusión que los que había en ella, se encontró con un rostro de consternación, había cierto rubor en sus mejillas, y el negro cabello de la joven le golpeaba la cara, ocultando un poco la expresión de enojo que se fue formando, que se acrecentó cuando la joven hermana mayor le golpeó su mano con la propia.
― ¡Monstruo! – gritó la chica de cabello oscuro.
La niña de cabello cobrizo no pudo evitar el miedo en su rostro cuando la mayor le gritó, y el impulso de escapar de ella fue mayor a su deseo de saber que había hecho mal. Corrió por la colina, escapando del intento de agarre de la mayor, pero no de los gritos que soltaba contra ella.
― ¡Le voy a decir a mami! ¡Eres un monstruo! ¡Eres un monstruo, Lily! ¡Ven acá! – gritaba la chica detrás de la pelirroja, quien subió a otra colina, al borde de un bosque de árboles torcidos.
La colina tenía un único árbol de ramas y raíces torcidas, con un gran agujero oscuro en que se adentraba en la tierra, como si una enorme piedra hubiera interferido en el crecimiento del árbol y ahora, desprovista de este obstáculo, el árbol tuviera una enorme boca a su interior, oscuro y sin apenas movimiento en él. El inmenso árbol torcido apenas y tenía hojas en su copa, estaba casi completamente seco.
Entonces de pronto surgió un chico del interior de aquel árbol. Era un joven niño, no muy mayor a la chica de cabello cobrizo, de rostro pálido y ojeras ligeramente marcadas, había una leve marca más oscura en su ojo derecho que en el izquierdo, su cabello negro le caía por la cara y le tapaba la frente y la esquina de su ojo izquierdo, llevaba un saco de color negro, un poco más grande que él, y una camisa azul a rayas blancas.
La chica de cabello negro se espantó en cuanto lo vio, y dejó de gritarle a la pelirroja, quien se le quedó viendo como si no supiera que decir. La hermana mayor salió corriendo fuera de la vista de ninguno. El chico entonces se arrodilló un poco y tomó una pequeña rama del suelo con dos pequeñas hojas. Y al levantarla, la pequeña rama cobró vida, y las hojas en su punta le sirvieron como alas que volaron gentilmente hasta la mano de la niña pelirroja, quien la recibió con genuina sorpresa.
Una voz suave resonó en el lugar, aunque para ellos fue más bien un susurro.
― Eres especial. – murmuró el chico.
La niña solo pudo sonreír.
La colina fue reemplazada por un lago, y los niños ya no estaban parados uno frente al otro, separados a un par de metros de distancia. Ahora estaban tirados en el suelo, contemplando un árbol de largas y delgadas hojas verdes, que caían suavemente a su alrededor, a la orilla del lago, con la hierba a su alrededor rozando sus cabellos rojo y negro, parecía ser un día distinto, porque ahora el vestido de la pelirroja era de un verde claro, y el chico tenía un saco mucho más pequeño, pero roto de un hombro.
― Sigo sin poder creérmelo... Tantas cosas tan maravillosas. Tantas personas tan interesantes... ¡Frente a mí! ¿Cómo nunca me di cuenta? – preguntó la chica, con los ojos puestos en la copa del árbol que tenían encima de ellos.
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Hermione Grindelwald - Tears of Magic Blood
Fiksi Penggemar- La Tercera Parte de la Saga de la Niña que Vivió. - La Historia de Lady Grindelwald pronto llegará a su fin. Dumbledore a muerto, y el mundo mágico se ha quedado sin uno de sus mayores defensores. Los seguidores del señor tenebroso se vuelven cad...