El chico de cabello negro y rostro deformado, ya menos hinchado, pero todavía bastante irreconocible, salió corriendo hacia las profundidades del sótano y se abalanzó sobre el semi gigante. El hombre de larga barba oscura y profundas cicatrices en el rostro, estaba muy delgado, pero delgado para alguien como Hagrid, parecía que solo le afectaba a las mejillas, que de grandes y mullidas ahora estaban un poco más aplanadas, y su gran barriga había desaparecido casi en su totalidad, pues su abrigo le quedaba ligeramente flojo.
― Creí que habías muerto. – el chico llorando a lágrima viva, aferrándose al enorme cuerpo del guardabosques como si estuviera intentando abrazarlo por completo.
― Ya, Harry, ya... estoy bien, muchacho. – dijo el semigigante, dándole palmaditas en la espalda.
Harry tembló al darse cuenta de que las manos de Harry no eran tan pesadas como recordaba. No sabía si era por la falta de fuerzas del hombre, o por que había pasado por un infierno tal que las palmadas de ese hombre ya no lo sacudían como cuando era niño.
― ¡Hagrid! – Eileen deshizo su disfraz al instante en que reconoció la figura de Hagrid, sentada en el rincón, como si llevara tirado contra la pared demasiado tiempo.
― ¡Eileen! Mi niña, que bueno verte. – la chica también recibió las mismas palmadas que recibió Harry, pero ella estaba más concentrada en abrazar al hombre que pensó había muerto protegiéndolos. – ¡Luna, que alegría verte!
― Hagrid, que gusto ver que estás bien... Espera. – dijo Luna, agotada, acercándose a Dean, quien se encontraba arrodillado al lado del duende. – ¿Se encuentre bien, Señor Griphook?
― ¿Griphook? ¿También te atraparon? – preguntó el semigigante, abrazando a los dos pelinegros que parecían no querer soltarlo.
― Así es. – dijo el duende de Gringotts, siendo ayudado por Luna y Dean a sentarse, tenía las piernas manchadas en sangre. – Nos atraparon al joven Thomas y a mi huyendo de los carroñeros en Sussex, luego de que el muggle Tonks nos salvara la vida.
― ¿Qué? ¿Ted Tonks murió? ¿Cómo...? ¿Y su hija Dora, y Andrómeda? – preguntó Hagrid, consternado.
― No viajaban con nosotros. – dijo el duende, mientras dejaba que Dean y Luna le revisaran las heridas en las rodillas. – Solo el muggle, y otros prófugos.
― Si... Romilda intentó vendernos a Scabior, a cambio de un pase libre del país. – dijo Dean Thomas, rasgándose una de sus mangas para hacerle una venda improvisada a Griphook.
― ¡Esa maldita...! – Eileen interrumpió su abrazo a Hagrid para maldecir a Vane.
― Déjame adivinar, Scabior aceptó, pero le dijo que Fenrir iba a ser quien la escoltara. – dijo Harry, recordando el deceso de Romilda en Pottervigilancia.
― Si, algo parecido ocurrió...
― Esperen... – dijo Hagrid, cuando Harry se apartó un instante. – Si tú, Harry y Eileen están aquí... ¿Dónde está Hermione?
Fue en ese mismo instante en el que los gritos de la chica resonaron por todo el lugar. Parecía como si el sonido fuera especialmente fuerte en el sótano, pues parecía estar encantado para que los alaridos de Hermione resonaran en todos los rincones del lugar, y no solamente las esquinas de cada pared, sino de cada pilar, de cada barril y objeto que se encontraba en el lugar, anteriormente una vieja bodega de vinos en desuso.
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Hermione Grindelwald - Tears of Magic Blood
Fanfiction- La Tercera Parte de la Saga de la Niña que Vivió. - La Historia de Lady Grindelwald pronto llegará a su fin. Dumbledore a muerto, y el mundo mágico se ha quedado sin uno de sus mayores defensores. Los seguidores del señor tenebroso se vuelven cad...