Capítulo 14: La Tumba de la Madre

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Durante la noche tuvieron que huir. Unos hijos de muggles estaban siendo cazados en ese bosque y se vieron obligados a empacar sus cosas lo más rápido posible e irse mediante aparición porque los carroñeros estaban acercándose demasiado rápido. Acabaron en la cima de un acantilado, alejados de todo mundo. Harry fue quien se ofreció a lanzar los encantamientos mientras Hermione levantaba la tienda, completamente en silencio. Así estuvieron durante un buen rato, en donde lo único que sonaba era la radio, con ligera estática, emitiendo un episodio de Lance y Janice.

Oh, Lance... ¡Bésame! ¡Ámame! ¡Abrázame como lo hacías antes de convertirte en un zombi antropomórfico!

(sonido de zombi inteligibles)

Harry tuvo que pegarle un golpe con la varita para cambiar el canal y dejar de escuchar esa rara radionovela.

Hermione, con el brazo ligeramente mejor, salía a cazar la comida, mientras Harry se quedaba en la tienda, cuidando del guardapelo o estudiando los mapas. Cada vez que alguien salía de la tienda, se intercambiaban el guardapelo, y cuando estaban dentro, sin intenciones de salir, lo guardaban en una de las mochilas de viaje que Harry había logrado recuperar de unos hijos de muggles que habían sido atrapados en una de sus excursiones fuera del perímetro del campamento.

Harry tomó la costumbre de tenderse sobre su cama durante largas horas, cuando le tocaba descansar, pero no dormía al instante, sino que se quedaba viendo el viejo mapa del merodeador, observando los pequeños puntitos negros en forma de pisadas que caminaban por los corredores del pasillo, y durante largas noches, lo único que veía en el mapa era un solo nombre, en los que pasaba sus noches en vela.

Ginny Potter - Weasley

Hermione pasaba sus tardes fuera de la tienda, a un lado de una pequeña fogata cuyo humo no se elevaba, sino que se metía dentro de la varita de Hermione y desaparecía durante un largo tiempo, hasta que ella decidía apagar el fuego, entonces ella tenía que desaparecer a un lugar remoto y dejar escapar todo el humo para no delatar su posición. Cuando entraba, y Harry salía a realizar su guardia de la tarde, Hermione se recostaba de lado, y miraba las camas perfectamente tendidas de Eileen y Luna... la sensación de vacío de ambas le revolvía el estómago.

En ocasiones, tomaba el guardapelo y lo maldecía con todas sus fuerzas, lanzándole hechizos que rompían el piso alrededor de este... pero el guardapelo continuaba intacto, sin ningún rasguño, aunque ardiera todo a su alrededor, el fuego se consumía sobre su reluciente cubierta dorada con incrustaciones de esmeraldas. Lo odiaba... lo odiaba demasiado.

Una tarde, durante el ocaso, Hermione se encontraba sentada sobre algunas piedras en lo alto de un risco en algún punto perdido de Gales, estaba leyendo el libro de Los cuentos de Beedle El Bardo, que le había dejado Dumbledore a Luna, y justo cuando estaba por pasar página luego del cuento del "Cazo saltarín", escuchó un sonido de golpeteo dentro de la tienda, con Harry llamándola.

¡Hermione! ¡Me acabo de acordar! – dijo el chico, saliendo de la tienda, parecía que el sonido que se produjo dentro se debió a que el chico se había caído de la cama del susto.

¿Qué pasó? – preguntó Hermione, cerrando el libro de Luna.

¡Las Snitch! ¡Las Snitch tienen memoria táctil! – decía el chico, caminando entre las piedras hasta su amiga, eran tan grandes y algunas muy inclinadas que caminar por ellas era como caminar de puntas en un desierto.

Ya, pero que tiene que...

Entonces Hermione comprendió a lo que se refería cuando vio la pequeña Snitch en su mano izquierda, la mano con la que Harry atrapó su primera Snitch en Hogwarts, junto con ella. Cuando el chico se sentó al lado de Hermione, en el bordillo de un pequeño agujero donde era obvio que una enorme piedra había sido removida de ahí, el chico le mostró la pequeña pelotita dorada, que al parecer estaba como dormida, pues sus alas no salían. El chico giró la pelotita y le mostró, para asombro de Hermione, unas pequeñas palabras escritas en la perfecta letra cursiva de su padre.

Hermione Grindelwald - Tears of Magic BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora