Capítulo 16: La Espada en el Lago

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31 de diciembre, 1997

Así como habían hablado hace tantos meses, descubrieron que el Bosque de Dean era un lugar muy remoto que apenas recibía visitas, las cuales se podían contar con los dedos de una mano, y la gran mayoría de ellas, se trataban de pequeños cervatillos o animales pequeños como ardillas y conejos. El lugar estaba provisto de un río de agua dulce, que acababa en un estanque, y la comida no escaseaba precisamente, aunque Hermione extrañaba los condimentos muggles que se les habían acabado a la segunda noche de acampar ahí.

Harry estaba haciendo guardia afuera de la tienda, vestido con un grueso jersey beige de cuello de tortuga que lo protegía del frío, tenía a su lado un pequeño frasco de cristal, con unas pequeñas llamas azules que borbotaban en su interior. Hermione había probado un viejo hechizo para calentarlos a ambos sin la necesidad de utilizar fogatas, para no llamar la atención en un área tan remota.

Hermione salió de la tienda, con un jersey igual al de Harry excepto que de color blanco puro, y unos jeans de color azul oscuro. La chica tenía su guante negro cubriendo su mano izquierda y, de haberse podido, se habrían podido ver las vendas que estaba utilizando alrededor del brazo en busca de que sus cicatrices comenzaran a desaparecer, algo que tomaría más que unos cuantos meses. La chica se acercó al joven, que se encontraba sentado contra un árbol, en una colina a menos de medio metro de la tienda.

Esta vez te luciste, Harry... este lugar es muy tranquilo. – dijo Hermione, frotándose la mano suavemente. Llevaba guantes, pero sus dedos aún se sentían fríos.

Si, lo sé... aquí he podido dormir bien. – dijo Harry, en cierto tono de broma, ocultando algo detrás de sus rodillas mientras Hermione se sentaba frente a él. Por unos instantes de silencio, el chico suspiró. – Tú querías saber quién era el hombre de la fotografía, ¿no?

¡Si! – preguntó la chica, no pudiendo ocultar la sorpresa ante el comentario de su amigo. – ¿Quién es?

Tu padre.

Harry le enseñó el libro que tenía detrás de sus piernas, y el rostro de Dumbledore en blanco y negro le devolvió la mirada a Hermione, rodeado de una portada de un verde brillante y chillón con letras de plata que resaltaban en el título "Vida y Mentiras de Albus Dumbledore", por Rita Skeeter.

¿Cómo...? – preguntó Hermione, viendo el libro como si lo hubiera sacado de la nada.

Estaba en la casa de Bathilda, envuelto todavía, pero tenía una nota. – dijo el chico, enseñando un pequeño pedazo de pergamino con una letra cursiva muy característica y brillante. – Dice... "Querida Batty: gracias por tu ayuda. Aquí tienes un ejemplar del libro. Espero que te guste. Lo dijiste todo, aunque no lo recuerdes. Rita."

Por supuesto que lo hizo, la maldita...

Hermione se tragó sus palabras mientras se levantaba y se sentaba al lado de Harry, quedando ambos entre la pequeña llama encapsulada en el frasco de cristal. Hermione se dio cuenta de que el libro tenía el lomo completamente rígido, apenas y había sido abierto por Harry cuando se lo enseñó.

Hermione se encontró con lo que estaba buscando casi de inmediato. Una foto de su padre y Dumbledore cuando eran jóvenes, MUY jóvenes, casi tanto como ellos: Dumbledore, con un intenso cabello pelirrojo castaño que le caía sobre los hombros, con una sonrisa suave, casi tonta, con un chaleco azul oscuro y una camisa blanca y holgada de manga larga. Su padre estaba al lado del que sería el director de Hogwarts, con un chaleco negro de botones dorados y una camisa de cuello de tortuga oscura debajo, demostrando mucha elegancia en su mirada seria pero confiada.

Hermione Grindelwald - Tears of Magic BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora