Jueves 12 de Octubre del 2000, Noruega
El sonido de aparición hizo que la nieve sobre los árboles se cayera, amontonándose con el montón más que cubría los caminos y los bosques que los rodeaban. La larga cabellera platinada de Hermione sobresalía por uno de los laterales de su capucha invernal, que la cubría de cabeza hasta casi las pantorrillas, y sus acostumbradas botas habían sido reemplazadas por unas más invernales, pero eso sí, sin olvidar la elegancia, y el tan preciado tacón que la hacía verse más alta de lo que era.
— Este lugar se ve precioso. – una densa neblina salió de la boca de Hermione, mientras hablaba con una cautivada sonrisa.
— ¿Nunca habías venido, Mione? – preguntó Pyxis, limpiándose la capa suavemente de la nieve que caía sobre ella... si es que era nieve, porque Pyxis no supo distinguirla, al tener una capa completamente blanca.
— No, no al norte. – dijo negando instintivamente. – Nunca hubo reportes de Delphini o sus lacayas en esta región, especialmente por las familias de Odyne y Nox, así que nunca tuve la necesidad.
— Supongo entonces que estarás emocionada de conocer a los Padres de Odyne. – Lynxi se estaba acomodando su largo cabello blanco grisáceo, asegurándose de que estaba perfectamente peinado luego de la aparición.
— Más bien nerviosa. – confirmó Hermione, deteniendo a Pyxis de que no se fuera de frente contra un árbol, solo por acercarse a su hermana mayor. – Recuerda que los abuelos de Odyne murieron por culpa de mi padre.
— Cierto... ¿Le decimos a Eileen que sirva de guardaespaldas? – preguntó Pictoris, acercándose más, junto a su hermana melliza.
— No quisiera... además, vengo en nombre de la profesora McGonagall y todo Hogwarts. – Hermione levantó ligeramente los hombros. – Algo tendría que servir para mantenerme con vida... y sí no...
Hermione, sin terminar la oración y dejándose en suspenso, se acomodó el cabello, mientras a su alrededor se reunían las cinco hermanas Black, quienes al igual que ella, vestían preciosos vestidos de color verde esmeralda, con capas negras y blancas intercaladas una con la otra (Nashira, Pictoris y Pyxis de color blanco, mientras que Hydri, Lynxi y Hermione llevaban capas de color negro). El sendero que comenzaron a recorrer era un paraje nevado, de árboles tan altos que los gigantes que alguna vez atacaron Hogwarts serían cubiertos por la copa de los árboles, y el sendero serpenteaba a lo largo de un largo descenso, hasta que, a lo lejos, contemplaron su destino.
En un precioso valle repleto de árboles cubiertos de blanca nieve, rodeados de altas y escarpadas montañas que simulaban largas garras rasgando el cielo, a las orillas de una amplia bahía se encontraba un gran poblado, infinitamente más grande que la propia Hogsmeade, repleto de casas de piedra y madrea que se elevaban varios metros por encima de la más alta de las casas del poblado mágico en escocia. Y en el centro del lugar, se alzaba un edificio cuyo homologo más parecido sería la catedral de Notre Dame: Una inmensa casa comunal con varias naves a lo largo de la central, cuya elevación se alzaba por encima de todos, y largos pináculos afilados rasgaban el aire como varitas levantadas al cielo.
Habían llegado al hogar natal de Odyne y Nox: Slangevokter.
Cuando descendieron lo suficiente, el sendero por el que caminaban Hermione y las hermanas Black fue cortado por un grupo de magos y brujas.
Sus túnicas eran muy coloridas, con la tela predominante en un precioso color azul cobalto, con pelaje de lobo alrededor de sus cuellos, muñecas y botas, con largas y pesadas capas invernales que cubrían sus espaldas y, en sus manos, algunos portaban pequeñas y delgadas varitas, con incrustaciones de metal a lo largo de su longitud, con muescas en su vieja madera... otros, especialmente la bruja que le cerró el paso a Hermione y Pyxis, llevaba una lanza torcida de madera de arce, acabada en una afilada punta de lanza.
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Hermione Grindelwald - Tears of Magic Blood
Fanfiction- La Tercera Parte de la Saga de la Niña que Vivió. - La Historia de Lady Grindelwald pronto llegará a su fin. Dumbledore a muerto, y el mundo mágico se ha quedado sin uno de sus mayores defensores. Los seguidores del señor tenebroso se vuelven cad...