Capítulo 18: La Fábula de los Tres Hermanos

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"Había una vez tres hermanos,

que viajaban por un camino sinuoso y solitario, al atardecer".

El disco luminoso se encontraba posado sobre el horizonte, y sus rayos dorados llegaban a todos los rincones de la fértil tierra de Inglaterra. Los caminos, desprovistos de otra cosa que no fuera tierra, arboles, pasto y maleza, estaban completamente desiertos, y los campos estaban cercados, protegiendo a sus animales, y los pequeños poblados se contaban por pocas casas.

Pero aquel camino estaba aún más solitario que ningún otro, donde había un solo existía un antiguo y desolado camino de tierra caminada que llevaba hacia lo desconocido, hacia algo mucho más antiguo. Y el sonido de sus pasos resonaron sobre la tierra, y era el sonido de los cascos de sus caballos que galopaban a paso suave por el sinuoso y solitario camino durante el atardecer. Eran tres hombres, de rostros afilados, oscuros cabellos y un semblante distinto para cada uno de los jinetes.

El que iba más adelante, el más grande y fuerte de los tres, tenía una frente ancha y una mandíbula abundante, con una barba que formaba un tridente en su mentón, cos dos largas líneas que rodeaban su boca y una tercera en el medio, debajo de sus labios, su nariz era grande y de puente abultado, y así como su cabello oscuro, corto y brillante, el pelaje de su caballo era oscuro como el ébano, no había cuerda que lo sujetara, sino eran sus propias manos, grandes y pesadas, que lo sujetaban de la crin, y sus ojos destellaban suavemente en rojo al mirar de vez en cuando hacia el atardecer.

Aquel hombre, corpulento y de rostro serio, llevaba consigo una armadura de color negro, sus hombreras eran puntiagudas y abultadas, su pechera resaltaba su gran pecho, llevando consigo una espada de gran tamaño, tan grande y pesada que debía cargarla detrás de su espalda, pero lo que más resaltaba de aquel hombre, era que llevaba en su cinturón de cuero una pequeña rama torcida de color negro, una varita de Endrino de unos 33 cm de longitud, con la punta de la empuñadura adornada con telas arrancadas y manchadas con una sustancia ennegrecida con el paso del tiempo.

El segundo, de largos brazos y piernas, de rostro pálido y delgaducho, con una barba retorcida que le caía solo desde el mentón, con un cabello oscuro perfectamente arreglado que se movía suavemente con el viento, llevaba una armadura mucho más pequeña que el hombre que iba delante de él, pero al contrario de este, era infinitamente más ornamentada.

Si el hombre delante suyo llevaba la armadura para proteger su cuerpo y demostrar fuerza, el segundo hombre la llevaba para presumir su riqueza, pues solamente llevaba la pechera que solamente le cubría precisamente el pecho, y era de un color dorado que reflejaba la luz del sol que llevaban a sus espaldas, muy similar a su caballo, de crin dorada y pelaje de un marrón claro, preciosamente cepillado, y debajo de aquella armadura ostentosa y delgada, llevaba una opulenta vestimenta, de un color vino y volantes blancos, reflejando su estatus noble, y de su cadera colgaba una varita delgada y alargada, de unos 24 cm de largo, de una madera de Olmo gastada, con una serie de anillos dorados incrustados a lo largo de la varita y un diamante en la empuñadura, que resaltaba especialmente por estar sujetada a la varita por un anillo de plata.

El tercer hombre, el más pequeño y joven de los tres, llevaba consigo una capa que le cubría los hombros, de color castaño desteñido, que ondeaba suavemente con el viento y se mecía con el andar de su caballo, blanco con una crin corta, por lo que, al igual que el segundo hermano, lo conducía con unas riendas, pero al contrario que el hombre noble frente a él, que sus riendas estaban en perfecto estado, las de su blanco corcel estaban usadas y a nada de romperse, pero el caballo era manso, y con suaves movimientos, el joven de cabello negro alborotado, nariz pequeña y sin ningún vello en su rostro, lo guiaba con gracia y suavidad por el sendero detrás de los otros dos hombres.

Hermione Grindelwald - Tears of Magic BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora