Hermione Grindelwald - Tears of Magic Blood

Capítulo 09: La Venganza de la Sangre Sucia

Los días desde que Kreacher salió de la casa a buscar a Mundungus, se prolongaron poco a poco. El primer día, desde que el sol se alzó hasta que se ocultó, Hermione estuvo esperando pacientemente en los puntos más amplios de la casa, en la sala de estar o en la cocina, pero al percatarse de que Kreacher no iba a volver, al menos no mientras ella estuviera despierta, decidió que lo mejor que podía hacer era ocupar su tiempo en algo mucho más productivo.

Los cuatro le preguntaron a la segunda de los Black que había sucedido en la madriguera luego de que los mortífagos llegaran para atacar, y aunque se habían alegrado de que la mayoría de los invitados habían logrado escapar, había por lo menos cinco personas desaparecidas, más otras cuatro que habían resultado muertas por el ataque de los mortífagos. Luna estuvo a punto de mencionar que el patronus de Daphne les había avisado que estaban a salvo, pero cuando quiso hablarlo, se quedó callada, jugando con un largo mechón de su cabello.

La mujer de cabello blanco habló sobre el rumor que corría de que, Scrimgeour había sido torturado antes de matarlo para que les revelara el paradero de la familia Potter y, si podían, de la propia Hermione. Los cuatro chicos se miraron por un momento, y dieron gracias de que, al parecer, los mortífagos no sabían dónde se encontraban, pues nadie los había delatado después de la boda, y era obvio que no sabían que se encontraban ahí. Hermione pensó que, a pesar de los malos ratos que le había hecho pasar, se sintió agradecida con el ministro, quien intentó protegerla hasta el final de su vida.

También escuchó como Hydri relataba que, después de que los mortífagos hubieran hecho prisioneros a los pocos que habían quedado en la fiesta, comenzaron a interrogarlos y a registrar La Madriguera de arriba abajo, en un intento por obtener información o pistas del paradero de Hermione y sus amigos. Xenophilius fue interrogado por la misma Alizee durante horas, pero lo único que logró sonsacarle fueron más información de la que jamás le será útil sobre escudos griegos. Definitivamente sería algo digno del Señor Lovegood... sin embargo, no había escuchado nada más, puesto que pasó toda la noche huyendo de Shui Chang, quien le estaba pisando los talones hasta que la perdió a las afueras de Stonehenge.

Hydri, como la mayor y mucho mejor en la cocina que casi cualquiera de ellos, salvo Harry, ayudó a cocinar las comidas del día antes de que saliera de la casa, pero cuando miró por la ventana, alertó que había visto a un par de mujeres de cabello oscuro y ropas negras caminar por la acera, en la esquina que contraria, donde estaba el gran parque delante de la casa.

― Mortífagas. – dijo Hermione, cuando las vio por las ventanas, removiendo levemente las cortinas para ver a la calle.

― ¿Segura? – preguntó Hydri, viéndolas desde el otro lado, asomando suavemente sus brillantes ojos azules.

― Muy segura. – dijo Hermione, apartándose de la ventana. – son las tías de Hestia y Flora: Esther y Edith Carrow. ¿Cómo nos encontraron?

― Ni idea... Pero no pueden entrar. – dijo Hydri, también apartándose de la ventana. – La casa está protegida por encantamientos de protección y de ocultación muy antiguos y difíciles de romper. No deberían ser capaces de ver ni siquiera que falta un número 12.

― Solo esperemos que los hechizos aguanten lo suficiente en lo que Kreacher regresa con Mundungus. – dijo Harry, viendo como ambas chicas de cabellos claros

― Tengo hambre... ¿debería ir a buscar más comida? – preguntó Hydri, acomodándose la blusa suavemente, para fortuna de Luna, quien estaba comiendo algo en la cocina en el momento en que los tres entraron.

― ¿Qué no acabamos de decir que no podemos salir mientras esos mortífagos estén merodeando afuera? – dijo Harry, señalando por encima del hombro a la puerta al final del pasillo.