Perdón por el retraso... Disfruten!
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Un pitido ensordecedor le resonaba en la cabeza.
Los oscuros ojos de Eileen se abrieron lentamente ante el estruendo que ocurría a su alrededor. Se encontraba entre escombros, con el cuerpo medio doblado y punzando del dolor. Sentía que la sangre caía por una de sus sienes, ni siquiera estaba segura de si en la izquierda o en la derecha, porque ambas se sentían igual de adoloridas, pero pronto notó que se trataba de la izquierda cuando despegó su oreja del escombro sobre el que su cabeza estaba recostada, notando como la sangre le recorría por el cuello cuando se enderezó.
Y fue ahí cuando vio el caos a su alrededor.
Los mortífagos habían entrado en el gran comedor, cuyas largas y majestuosas ventanas estaban casi completamente rotas, y el sonido de las explosiones de fuera, seguramente de Harry y Delphini luchando entre sí, apenas alcanzaban a escucharse por encima del infierno que se vivía en el lugar que era el punto de reunión de todos los estudiantes del castillo. La chimenea tenía parte de su fachada derrumbada, con el escudo de las casas de Hogwarts magullado por encima, varias de las gárgolas que había alrededor, con grandes antorchas colgando, habían sido destruidas, y el techo del gran salón, que reflejaba normalmente el cielo, tenía grandes agujeros sobre su fachada.
Y el brillo de algo la cegó por unos instantes. No los destellos de los hechizos que volaban en todas las direcciones, sino el intenso fuego verde y azul que se movía delante de ella, junto con los movimientos de dos pares de brazos. Su vista se enfocó más, y delante de si pudo distinguir las espaldas de Gellert y Vinda, moviendo el fuego del Protego diabólica a voluntad, como un director de orquesta dirigiendo una gran sinfonía y una bailarina de ballet con lazo, moviéndose casi como un reflejo del otro, bailando entre sí, ajenos a todo el caos que había a su alrededor.
― ¡Ah! – dijo Vinda de repente, cuando dio un estilizado giro para evadir una maldición que fue consumida inmediatamente por el fuego de Gellert, y en ese momento, notó que la chica por fin había despertado. – Pequeña Eileen, que gusto verte despierta.
― Madame... Rosier. – dijo Eileen, aturdida, mientras veía a la mujer arrodillarse frente a ella, tomándola de la mano.
― Por favor, ¿desde hace cuanto nos conocemos? – preguntó la mujer de largo cabello negro, con una sonrisa seductora y juguetona, ayudando a la chica más pequeña de los Potter a levantarse. – Es solo Vinda, cariño.
El fuego verde envolvió a ambas mujeres cuando una maldición asesina por poco golpea el rostro de Eileen, lanzada desde muy lejos, ajeno al objetivo que estuvo a punto de asesinar. La chica se sobresaltó cuando tuvo a Vinda cerca de ella, con su cuerpo abrazado con fuerza, tan cerca que, de no ser una estatua de mármol, hubiera podido sentir su respiración a la perfección.
― Te necesitamos, querida. – dijo de pronto Vinda, apartándose un poco de la chica y sosteniéndola del hombro.
― Que... ¿En qué...? – Preguntó Eileen, ligeramente desorientada. La intensa luz del fuego azul de Grindelwald frente a ellas, y el fuego verde de Vinda las envolvía prácticamente en un remolino que las protegía a ambas, le dañaba un poco la vista.
― Oh... tu sabes bien para que, cariño. – dijo la bruja francesa, dándole un suave toque a su nariz con la punta de su dedo, frío por el mármol.
― Esto... tiene que ver con su plan, ¿no es así? – preguntó Eileen, comenzando a adaptarse a la luz que la rodeaba, pasando de un rostro confundido y desorientado, a adoptar poco a poco una mirada seria, entrecerrando suavemente los ojos.
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Hermione Grindelwald - Tears of Magic Blood
Fanfiction- La Tercera Parte de la Saga de la Niña que Vivió. - La Historia de Lady Grindelwald pronto llegará a su fin. Dumbledore a muerto, y el mundo mágico se ha quedado sin uno de sus mayores defensores. Los seguidores del señor tenebroso se vuelven cad...