Capítulo 39: Fulgura Diabólica

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El Conflicto Final

Los pasos de Hermione resonaban en la torre de la gran escalera de mármol. Los mortifagos marchaban detrás de ella, pero no la seguían, sino que se alejaban cada vez más, adentrándose en el Gran Comedor. Los gritos de Bellatrix, ordenando a las fuerzas del señor tenebroso con la mayor de las iras. "¡Mátenlos a todos, que no quede ni uno solo vivo! ¡Los desollaré y usaré su pellejo de abrigo!" gritaba la malvada bruja de oscuras ropas.

Pero Hermione no se detuvo en su andar, en su paso incesante y veloz por los escalones de mármol blanco destruidos de la gran escalera, pues la figura de Voldemort, envuelta en largas y densas nubes negras que le concedían la habilidad de volar, lo elevaban por encima de los escalones y se acercaban peligrosamente a ella.

De pronto, Hermione agitó su varita, y una luz brillante brotó de ella, estallado sobre un pilar de las escaleras, cerca de la densa nube oscura que envolvía al señor tenebroso, y por extraño que pareciera, la nube se deformó, como si hubiera resentido el impacto de la explosión, como si hubiera sido más sensible de lo que era antes, obligando al señor tenebroso a materializarse de nuevo, envuelto en una densa neblina que lo rodeaba. Hermione se había detenido por un instante a ver como la nube "era dañada", pero nunca hubiera esperado que resultara en la necesidad de Voldemort de "detenerse a tomar aliento"

Fue en esa oportunidad que el Señor Tenebroso aprovechó para lanzar una maldición asesina a la distraída joven, y al agitar su brazo, Hermione conjuró el fuego del Protego diabólica para cubrirse, consumiendo la maldición imperdonable antes de que le llegara al rostro. El hombre de piel de ceniza comenzó a agitar su mano rápidamente, como si tuviera alguna especie de tic nervioso, pero en cada mínimo movimiento que hiciera, de la varita de sauco brotaba un destello de luz verde que viajaba más rápido que la anterior.

La bruja de cabellera platinada comenzó a mover ambas manos mientras retrocedía escalones arriba, y sin varita en mano, movía sus brazos como si de una extraña danza se tratara, y el fuego azul surgía del aire como si este mismo ardiera en llamas, y los relámpagos esmeraldas chocaban con aquella ardiente barrera que despedía un sonido similar al de un disparo chocando con un denso metal, y los dos seguían ascendiendo en la gran escalera de mármol mientras un siseo los seguía de cerca.

Nagini había seguido a su señor, deslizándose sobre los escalones de mármol lentamente mientras el mago tenebroso acorralaba a la bruja de platinada cabellera. De repente, el fuego dejó de recibir los impactos de la maldición, y la visión de Hermione se nubló por solo unos segundos mientras el fuego se disipaba, pero el sonido de las nubes negras se escuchaba a su alrededor, como si la rodeara a pesar de que no veía nada cerca de ella.

Su cuerpo le gritó que se volteara, y con su varita en mano, conjuró la fuerza de su hechizo salvador, Fulgura Diabólica, que se desplegó como un intenso relámpago de color blanquecino escaleras arriba, chocando violentamente con la magia oscura de Voldemort, quien había volado escaleras arriba para atacar por la espalda a la chica.

Los relámpagos se conectaron, y el haz de luz que se formó de ellos comenzó a vomitar chispas y rayos por todas las direcciones, golpeando el mármol de la gran escalera, lanzando lluvias de escombros por todos lados, mientras el señor tenebroso se acercaba lentamente... y la serpiente que le acompañaba se deslizaba lentamente detrás de Hermione, acercándose a ella con gran paciencia mientras el señor Tenebroso bajaba por las escaleras en dirección a Hermione.

La chica alzó su varita, y el relámpago conectado se levantó hasta estamparse con la parte inferior de una escalera sobre sus cabezas, derribándola y dejando una montaña de escombros que separaba a ambos adversarios, dejando a Hermione sola con la serpiente por primera vez.

Hermione Grindelwald - Tears of Magic BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora