Capítulo 23: Tu pago; en Plata y Rubíes

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Parecía una pesadilla. Todo lo que la rodeaba se sentía como una.

Estaba acostada sobre una cama, cubierta por sabanas no precisamente muy cómodas, sino más bien viejas y que cumplían su labor, que era dar cobijo y calentar el cuerpo en las noches frías, pero no había nada de comodidad en ellos. Tenía la mirada fija en un costado, abrazándose a si misma sin sentirse plenamente cómoda.

Había pasado la noche en vela, le habían dicho que descansara. No podía hacerlo.

La visión de Dobby, en los brazos de Harry, asesinado por Bellatrix... era algo que no podía borrar de su cabeza.

El sonido de la puerta la alertó, pero sabía, de alguna forma, que no debía preocuparse, que no había enemigos a su alrededor, pero aun así el simple sonido la hizo dar un respingo, aunque intentó controlarse cuando lo hizo. Levantando la vista, pudo encontrarse con Fleur, con el cabello recogido en un chongo y una blusa rosa. Llevaba una pequeña mesita plegable con una taza de té caliente y un pan. Ya estaba amaneciendo y ni siquiera se había dado cuenta, no había cerrado los ojos en ningún momento.

¿Cómo están? – preguntó Hermione, con voz adormecida.

Eso debería preguntártelo yo a ti. – dijo Fleur, dejando la mesita plegable sobre el pequeño tocador de noche.

Yo pregunté primero. – la rubia de ojos esmeraldas vio por el rabillo del ojo como Fleur sonreía levemente, sabiendo que no la iba a dejar en paz hasta que contestara.

Bueno... Ollivander, Griphook y Hagrid están descansando. – Fleur señaló a la puerta, como si le dijera que los dos primeros estaban descansando en las habitaciones contiguas. – Bill está preparando el desayuno.

¿Gabrielle? – preguntó Hermione, sabiendo que su hermana estaba ahí, por obvias razones.

Está cuidando de Hagrid. – Fleur hizo un ademán para que Hermione no se levantara, pero no lo hizo. Parecía estar tan cansada como para intentarlo. – Le hicieron mucho daño, pero sanará.

Parecía que Hermione estaba pensando en su siguiente pregunta, pero no parecía tener fuerzas para hacerla.

Harry está en la sala, con Luna, Eileen y Dean. – hubo una pequeña vacilación en Fleur cuando dijo el nombre de este último. Parecía que quería haber dicho el nombre de Delphini. – Harry está esperándote.

¿Esperándome...? – preguntó Hermione, girando levemente la mirada hacia Fleur.

Para el funeral. – dijo Fleur, sentándose en el bordillo de la cama. – Quiere enterrar a Dobby.

Por supuesto que quería hacerlo. Y lo haría él, personalmente, con sus propias manos si era necesario. Hermione, quitándose las sábanas de encima, bajó los píes de la cama y tocó el frío piso.

¿Qué haces? No debes moverte aún. – dijo Fleur, levantándose de pronto cuando se dio cuenta de que Hermione lo estaba haciendo.

Harry se pondrá como loco si no me ve de pie. – dijo Hermione, comenzando a sentarse en el borde de la cama. – Además... tengo que ayudarle.

¿Ayudarle...? – Fleur se había acercado hasta Hermione, rodeando la cama.

A cavar. – dijo Hermione, intentando levantarse suavemente.

Hermione se apoyó en la pared que tenía frente a ella. No llevaba el guante en su mano izquierda, por lo que podía ver todas y cada una de las cicatrices que había recibido. La palabra "sangre sucia" la miraba directamente a los ojos, como si le estuviera juzgando... y que irónico, que justo al otro lado, en perfecta sincronización, las palabras de Umbridge seguían marcadas en su piel como si se las hubiera hecho ayer: No debo decir mentiras.

Hermione Grindelwald - Tears of Magic BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora