Jimmy se quedó estupefacto y taciturno.
«¿Venganza?»
Si así seguirían siendo las venganzas de Salomé, quería pasarse la vida fastidiándola para que se vengara de él...
Todavía no se recuperaba del todo; las vibraciones de aquel orgasmo increíble que le había dado esa pequeña mano poseída por un demonio, continuaban haciendo temblar sus músculos, y su respiración, por más que trataba, no podía regresarla a la normalidad.
Sintió cómo su corazón continuaba latiendo como si fuera a estallar dentro de su pecho, mientras aquella mujercita perversa yacía acurrucada en posición fetal a su lado, dándole la espalda con los ojos cerrados, como si hubiera caído en un sueño profundo.
Estaba tan quieta que no parecía que ella hubiera hecho semejante cosa solo hace unos minutos; ninguna parte de su cuerpo se movía, solamente notaba un leve balanceo en su pecho por la respiración pausada y tranquila.
Esa mujer era de otro mundo, no parecía una simple mortal como las mujeres con las que se había topado en toda su vida; esas no eran capaces de hacer semejante cosa.
Muchas lo habían tocado, pero había sido solo eso, simples toques que conseguían despertar a su amigo garrote, y en cuanto lo lograban, se desparramaban para que él les diera placer, por el contrario, Salomé, además de haber jugado con su miembro de manera profesional, se había atrevido a limpiar con su propia lengua el desastre que había dejado.
Nunca nadie lo había masturbado de esa forma, y nunca él había sentido tanto placer con tan solo el toque de una pequeña mano y las caricias de una lengua. No sabía que una mujer podía ser capaz de hacer algo así, porque tampoco acostumbraba a ver películas para adultos y sus encuentros sexuales eran improvisados, además de él solía ser siempre el instrumento para dar placer.
La miró durante unos minutos, esperando que su cuerpo volviera de aquel éxtasis en el que ella lo había dejado y notó que su piel se había erizado. La tocó apenas rozándola con el dorso de su mano y la sintió fría.
Ella se había acostado apartando la cobija a un lado, pero al parecer empezaba a congelarse. Tomó el edredón para cubrirla, no sin antes echar un vistazo a ese cuerpo precioso y esas piernas que la bata diminuta no alcanzaba a cubrir; sin embargo, al verla así, comenzó a sentir que su garrote volvía a la vida, por lo que se dio la vuelta rápidamente y se acurrucó de la misma manera que ella, en la otra esquina de la cama.
❤ღ❤
Salomé cerró los ojos y se hizo la dormida en cuanto respondió la pregunta de Jimmy. No quería darle explicaciones ni mirarlo por más tiempo, o terminaría seduciéndolo de nuevo para que le diera lo que tanto deseaba.
Estaba tan mojada y caliente que sintió la humedad entre sus piernas, traspasando la tela de sus bragas y mojando la piel del interior de sus muslos.
Nunca antes había deseado a un hombre de esa manera ni había disfrutado tanto proporcionarle placer a alguien. Jimmy no podía siquiera imaginarse lo que le había provocado tenerlo bajo el control de su mano izquierda; viendo como su frente se arrugaba de placer, escuchando sus resuellos y gruñidos, y sintiendo el galope de su corazón acelerado por la excitación.
Él había disfrutado del placer que ella le había dado, pero ella, sin duda, había gozado a un nivel extremo el poder tocar su masculinidad, sintiéndolo tan erecto y robustecido por ella.
Fue tan grande la satisfacción que sintió dándole placer a ese niño bonito, que no hubo necesidad de más y quedó totalmente complacida, como si hubiera sido ella la que había tenido no uno, sino varios orgasmos múltiples; aunque todavía tenía la fantasía de que él la poseyera y la hiciera vibrar, por ahora eso había sido suficiente para ella.
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Selenelion (Sol y Luna)
RomanceJimmy es un hombre capaz de domar a cualquier mujer, excepto una... Una que por circunstancias de la vida termina siendo su esposa doce horas después de haberla conocido. Esa misma noche se dio cuenta de que, en lugar de mujer, parece un gorila salv...