CAPÍTULO 48: Aclaración concluida

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El deseo hacia él crecía y crecía con cada segundo que pasaba, sin detenerse.

La vergüenza se escapó de ella para darle paso a la lujuria y se quedó ahí sentada sobre las piernas masculinas, esperando que él se recuperara del orgasmo para que su virilidad se volviera a activar y acabara de una vez por todas con el deseo ferviente que la invadía, apagando el incendio que se estaba llevando a cabo entre sus piernas; sin embargo, cuando ya faltaban menos de dos minutos para que concluyera el tiempo que ella le había dado de recuperarse, dos golpes en la puerta los interrumpieron, y sin darle tiempo de levantarse, su tía Victoria abrió descaradamente y se sorprendió al verlos allí en esa posición.

—¡Oh!, lo siento —se disculpó, quedándose parada en la puerta, sin entrar y sin largarse.

—Descuida, no estamos haciendo nada malo, ¿verdad amor? —Le dirigió su mirada a Jimmy, que por fortuna le estaba dando la espalda a la tía y ella no podía ver su pantalón desabotonado.

Jimmy giró levemente el rostro para saludarla, sin moverse mucho al continuar apresado por el cuerpo de ella sobre el suyo.

—Buenos días, Victoria.

—Hola Jimmy —le respondió la mujer sin saber cómo reaccionar, ya que le parecía muy difícil de creer que de verdad los había encontrado así, en esa posición tan romántica y sexual.

—¿A qué debo tu apreciada visita, tía? —cuestionó Salomé con sarcasmo.

—Solamente quería saber si necesitabas algo —mintió, porque la verdad era completamente diferente, en realidad solo quería fastidiar a su sobrina con alguna cosa.

—Pues ya ves que estoy bastante bien —afirmó antes de besar a Jimmy en la boca, chupándole el labio inferior con deseo.

—Sí, ya veo, te espero en quince minutos en mi oficina, necesito hablar algo urgente contigo.

La rabia la invadió y su cara cambio de pulga cariñosa a pulga endemoniada...

—Pensé que solo querías saber si necesitaba algo.

—No, acabo de recordar el motivo por el que te vine a buscar, te espero en trece minutos.

Victoria Salió de la oficina y Salomé dejó el cuerpo de Jimmy para correr a cerrar la puerta con seguro, y volver hacia él para subírsele encima y besarlo con pasión.

Le comió la boca con fervor...

Le encantaba..., lo adoraba... y no se saciaría de él jamás...

Sus manos fuertes le apretaron la cintura envolviéndola y llevándola otra vez al delirio cuando empezó a sentir esa dureza que crecía entre sus piernas y se restregó sobre él buscando encenderlo completo para que acabara con su ansiedad de que la penetrara...

—Ah —gimió en su boca, completamente excitada.

La visita de su tía no iba a impedir que consiguiera lo que quería y nada la apartaría de él en ese momento, aunque se cayera el mundo; ni siquiera un sismo o un terremoto la detendría, si tenía que morir ahí, lo haría con gusto, mientras hacía que él le llenara las entrañas...

❤ღ❤

Jimmy enloqueció con su gemido y la humedad que sintió en el pantalón...

Quería resistirse porque Victoria la había citado para algo urgente y ella, en lugar de ir a ver que era, estaba ahí restregándose en él, volviéndolo loco...

—Pulga, debes ir con tu tía —masculló tratando de liberarse de esos labios que lo absorbían y le impedían pronunciar bien las palabras.

—¡Que se joda! —le dijo clavando la cara en su cuello para besar una de sus zonas más sensibles.

Selenelion (Sol y Luna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora