Jimmy es un hombre capaz de domar a cualquier mujer, excepto una... Una que por circunstancias de la vida termina siendo su esposa doce horas después de haberla conocido. Esa misma noche se dio cuenta de que, en lugar de mujer, parece un gorila salv...
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Salomé se quedó con la boca abierta de la impresión, mientras escuchaba el resto de la conversación que Jimmy había acabado de poner en altavoz.
—De hecho, iba a decirte lo mismo, hijo.
Jimmy la miró estupefacto y su mirada no decía nada diferente.
—¿De verdad?
—Sí, ya has hecho mucho por la empresa, te mereces un descanso, al menos de un par de meses.
—Gracias papá, no creí que...
—Tu esposa está embarazada y tienes que estar con ella —le aseguró—. Cuando tu madre estaba embarazada de ti, yo procuré estar con ella la mayor parte del tiempo aunque tuviera mucho trabajo de por medio. Ustedes dos siempre fueron lo más importante para mí y sé que en tu caso es igual, por eso quiero que estés con ella.
Salomé sintió la necesidad de abrazar a Frank y llenarlo de besos, pero todo lo que pudo hacer fue quitarle el teléfono a Jimmy.
El padre de Jimmy soltó una pequeña risita al otro lado de la línea.
—No es nada, me alegro de que ya esté contigo y perdóname por retenerlo tanto tiempo.
—Descuida, lo importante es que él ya está aquí y no lo dejaré ir —le sacó la lengua a Jimmy y él le devolvió el gesto.
—¿Y cómo estás? ¿Cómo va ese embarazo?
—Bien, en unos días tendré una nueva ecografía.
—Me alegro de que mi nieto esté perfectamente bien y tú también, estoy seguro de que todo irá perfecto.
—Yo también lo creo... ¿qué quieres que sea?
Hubo silencio un momento y luego se escuchó un suspiro.
—Eso es lo que menos importa, ¿sabes? —respondió—. Cuando Pilar quedó en embarazo solo pensé en el hecho de que iba a ser padre; eso era lo que importaba y ya era feliz independientemente de qué fuera.
—Eres un hombre maravilloso Frank afirmó—. Ahora entiendo de dónde sacó Jimmy sus encantos.
Frank volvió a reír, esa vez con una risa un poco más sonora.
—No lo creas, mi hijo tiene más de su madre que de mí.
—No la conocí, pero estoy segura de que se parece mucho a ti también. —Miró a su esposo y le sonrió cariñosamente—. Bueno, creo que voy a pasarte a tu hijo para que arreglen todo con respecto a su reemplazo.
—Esta bien, me alegró saludarte, salomé, cuídate.
—Igualmente Frank, hasta pronto.
Le pasó el teléfono a Jimmy de nuevo y él se manifestó:
