Selenelion (Sol y Luna)

CAPÍTULO 54: Todas las estrellas

Hola 🤗 alisten pañuelos porque muy seguramente, hoy van a llorar... 🥺💞

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Lo primero que Jimmy escuchó cuando ella le contestó, fue una música de discoteca sonando fuerte, y eso le dañó el día...

—Hola niño bonito —lo saludó su adorado tormento, notablemente más alegre de lo normal.

—Veo que te estás divirtiendo.

—¿Por qué no me habías llamado? —se atrevió a preguntarle, obviamente queriendo librarse de cualquier crítica suya.

—Tengo mucho trabajo. —Estaba cansado y el ánimo se le había caído al suelo, como para responderle con frases más largas.

—Entonces tal vez no has comido, ni dormido, ni siquiera te has bañado, ¿verdad?, porque no te ha quedado tan solo un minuto libre para algo más. —Esa era una reprimenda a medias, porque el tono de su voz seguía siendo alegre, tal vez la estaba pasando muy bien...

—Tú tampoco me has llamado —se defendió y le funcionó porque ella se quedó callada—. Te fuiste de fiesta sin bañarte porque el tiempo no te alcanzó, ¿cierto?

—Ash, ya, cálmate, no quise molestarte.

—No me molestas, pulga, quería escucharte. —Empezó a guardarse el orgullo porque en realidad la extrañaba infinitamente.

—Yo no quiero escucharte Jimmy, quiero verte, ¿cuándo piensas volver?

—No lo sé, esto está más complicado de lo que creía, tal vez tardaremos un tiempo más. ¿Cómo está Ana? —cambió el tema, no quería hablar de trabajo con ella también.

—Bien, inmersa en sus asuntos, como siempre; pensé en traerla conmigo, pero no creo que quisiera venir.

—¿Qué?, ¿estás loca?, ella no visita ese tipo de sitios.

—Debería salir de vez en cuando, se la pasa encerrada, cocinando y verificando que cada cosa, en todos los rincones de la mansión, esté en orden; no creo que la luz del sol o la luna le haga daño.

—Sabes que ella sufre del corazón y es mejor que no se exponga a algo peligroso.

Hace poco le había contado a Salomé lo de la enfermedad de Ana, pero ella insistía en que eso no era un impedimento para que disfrutara más de su vida.

—Salir una que otra vez no va a hacerle daño, pero bueno, como digas.

—A ella no le gustan ese tipo de cosas.

—Lo sé, ya me di cuenta.

—¿Estás con las gemelas? —preguntó, porque quería asegurarse de que no estuviera sola, aunque, teniendo en cuenta lo que pasó la última vez, no sabía si estar con ellas, se podría determinar como estar acompañada.

—Sí, estas malditas gemelas desequilibradas están conmigo, pero la verdad, me gustaría estar con otras gemelas...

Jimmy sonrió entendiendo a lo que se refería, pero no quería que entrara en detalles porque estaba muy cansado y cualquier cosa que hiciera o dijera Salomé, lo prendería, y no quería terminar haciéndose la paja a las dos y treinta de la madrugada.

—¿Por qué les dices así?, puedo entender el apodo, les queda bien, pero acaso, ¿lo dices por algo en especial ahora?

—Las desgraciadas no han encontrado hombres interesantes a esta hora, y están seduciendo a los bármanes; dos de ellos se embriagaron ya, y este par de brujas los sacaron a bailar y dejaron a un desafortunado chico atendiendo solo..., el pobre está que no se halla y tengo ganas de ayudarle.