CAPÍTULO 32: Poseída por Hulk, una vez más

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Jimmy no se resistió y arremetió con fuerza, clavándose en su interior, haciéndola soltar un gemido sexi que lo paralizó por un momento, para poder contemplar ese labio inferior que ella se estaba mordiendo con placer...

Sus ojos cerrados temblaban esperando la anticipación de lo que él pretendía hacer y no quiso hacerla esperar más...

Empezó a moverse dentro y fuera de ella con efusividad, llevando el ritmo de las embestidas de manera perfecta, escuchando los gemidos de esa mujer que lo volvía completamente loco de pasión por ella... Viendo sus pequeñas manos, arrugar la tela de la sábana blanca para luego posarse alrededor de su cuello, con los ojos abiertos, atrayéndolo hacia ella para besarlo y morderle los labios con una agresividad sensual y atrevida.

Se le escaparon varios gruñidos mientras la penetraba una y otra vez, y ella le apretaba el trasero con sus pantorrillas, pidiendo más profundidad.

No quería lastimarla y estaba evitando llegar muy profundo, pero el anhelo de ella le dio la confianza para hacer lo que quería... Internarse profundamente en sus entrañas, hasta llegar al último rincón de su infierno ardiente y hacerla gritar una y otra vez con cada sacudida.

Sus cuerpos ardían y sudaban por la pasión con la que se entregaban, y Jimmy no perdió la oportunidad de saciarse del sabor de su piel, lamiendo su cuello y clavícula hasta llegar a sus pechos y succionar los pezones endurecidos que tanto había querido probar. Se posó sobre cada uno, turnando sus besos, sin poder detenerse... Sintiendo los aruñazos de Salomé en su espalda y brazos, dejando marcas rojas, que seguramente luego podría mirar en un espejo.

La estampaba una y otra vez en el colchón, haciendo que la cama vibrara por sus movimientos duros y precisos.

Su placer estaba a punto de llegar al límite y sentía que en cualquier momento podría derramarse en su interior, pero, a pesar del placer increíble que estaba experimentando, esa idea no le llamaba mucho la atención, porque quería quedarse así..., enterrándose una y otra vez en ella hasta que le suplicara que parara...

Lo había imaginado cuando tuvo que besar el sensor de la puerta, que la castigaría de esa manera, pero en ese momento sabía que lo que estaba haciendo no era para nada un castigo para ella, sino más bien un premio que ella estaba disfrutando tanto, o incluso más que él; sin embargo, no le importó...

Ella una vez también lo había castigado brindándole el mejor placer que alguien pudo darle, así que la premiaría con el mismo castigo no una, sino las veces que fuera necesario...

❤ღ❤

Salomé estaba sintiendo que tocaba el cielo, mientras tenía a ese hombre maravilloso, clavándola a la cama una y otra vez, sin detenerse, como si sus fuerzas fueran interminables; haciéndola gritar y gemir de placer, sin importarle que toda la zona pudiera escucharlos. Imaginaba a los guardias de seguridad de Jimmy, confusos, creyendo que en el interior de la casa se estaba llevando a cabo una masacre o una sesión de tortura a una mujer indefensa, que gritaba y gemía sin poder defenderse, pero era todo lo contrario...

Ella quería lo que le estaba pasando y entre más rudo era Jimmy, muchísimo mejor para ella, porque con ninguno había sentido tanto, y no iba a permitir quedarse sin experimentar el mejor sexo de su vida, hasta que una voz conocida los interrumpió:

—Jimmy, ¿est...? —la pregunta de Anita quedo inconclusa, debido a que había escuchado claramente sus gemidos del otro lado de la puerta y prefirió marcharse de allí tan rápido como había llegado.

Mientras tanto, al otro lado de la puerta, un Jimmy poseído le cubría la boca con la mano a Salomé para que dejara de gritar, inútilmente, ya que no paraba de empotrarla a la cama y esta rechinaba chocando contra la pared, produciendo un ruido sordo que podría escucharse perfectamente por todo el pasillo.

Selenelion (Sol y Luna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora