Capítulo 3 del maratón
No quería hablar de eso... El momento que habían pasado juntos fue muy lindo como para arruinarlo hablando de ese imbécil que ella había tenido como examante, pero no le quedó otra opción cuando ella no dejaba de mirarlo expectante:
—¿Y?
—¿Qué quieres que te diga?
—Pues todo, Jimmy, a quién golpeaste, por qué razón, etc.
—¿Te suena algún rubio?
La vio quedarse pensando por un minuto y eso lo hizo sentir fatal...
¿Acaso era cierto lo que ese hombre había dicho de ella?
—He conocido varios hombres rubios...
«Eso dolió»...
—Así que es cierto...
—¿Es cierto qué, Jimmy?
Tragó duro y miró al frente, poniéndose las manos detrás de la cabeza.
—Olvídalo, no quiero hablar de eso.
—¡Pues yo sí! —exclamó—. ¿Vas a darle más vueltas al asunto para no contarme lo que sucedió?
No quería... no quería iniciar el tema, porque le daba miedo confirmar lo que ese hombre había dicho, aunque hiciera parte del pasado de ella.
—¿Estás segura?
—Sí.
—Ok está bien —aceptó mirándola fijamente.
—Te escucho.
Salomé se acomodó de lado en la almohada, mirándolo, y él enfocó los ojos al frente.
—Ese rubio, con el que te vi en el parque, llegó al bar.
El inicio hizo que ella se tensara y él, al notarlo, se decepcionó un poco más...
¿Por qué siempre que nombraba a ese hombre parecía estremecerse como si no le fuera indiferente? ¿Qué había pasado entre ellos como para que reaccionara así? ¿Acaso temía lo que él le hubiera dicho de ella y verse descubierta por algo?
—Te escucho —dijo cuando él se quedó callado y se removió en su sitio, creando aún más tensión en el ambiente...
—Me dijo que tú lo habías engañado, a él y a otros más, que te conoció en un sitio nocturno y que lo sedujiste para luego acostarte con él, pero no solo eso—... La pausa que hizo fue para mirarla a los ojos, y la notó tan angustiada que fue confirmando poco a poco que ese hombre había dicho la verdad—. Me aseguró que siempre hacías eso, y que él no había sido el primero ni el último; dijo que a todos los engañabas, solo para utilizarlos como objetos sexuales.
La respiración acelerada de Salomé y el brillo de su frente la delató.
—¡Maldito Eliot!
—Lo golpeé porque dijo que, como yo, se casaría contigo solo para meterte a la cama otra vez porque eres muy buena.
—Entonces debo darte las gracias.
—No tienes que hacerlo, lo hice por mí también.
—¿Por ti?
—Sí, me lastimó lo que dijo y se me revolvió el estómago.
—Jimmy. —Se acercó más a él poniendo la palma sobre su pecho y él la miró—. Eso hace parte de mi pasado.
Esa fue su confirmación...
Era cierto y no sabía por qué le dolía tanto el pecho si no le correspondía sentir nada por eso; sin embargo, tal vez el hecho de pensar que él le había robado su identidad, su libertad, era lo que lo atormentaba...
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Selenelion (Sol y Luna)
RomanceJimmy es un hombre capaz de domar a cualquier mujer, excepto una... Una que por circunstancias de la vida termina siendo su esposa doce horas después de haberla conocido. Esa misma noche se dio cuenta de que, en lugar de mujer, parece un gorila salv...