CAPÍTULO 47: Aclaración en proceso

759 111 13
                                    

No supo qué la llevó a tener ese impulso, si fueron sus ojos caramelo, su sonrisa encantadora, o las venas sobresalientes en el dorso de sus manos cuando apretó la silla, nervioso...

El caso era que ya se estaban comiendo la boca y acariciándose sin parar, por encima de la ropa.

La distancia era corta, pero a Salomé no le bastaba; quería sentir el pecho fuerte de ese hombre pegado al suyo..., moría por saber si su garrote ya se había despertado..., anhelaba sentir su erección apretándole la ingle y no estaba dispuesta a quedarse con un simple beso.

A pesar de que estaban en su oficina y en cualquier momento alguien podría tocar la puerta, eso no le importó cuando lo escuchó gruñir en su boca, completamente excitado por ese beso ardiente que les quemaba los labios a ambos.

Se sostuvo con firmeza de los hombros fuertes de su hombre y subió las rodillas a la mesa, solo para terminar empujándolo nuevamente a la silla y sentándose a horcajadas sobre él. De inmediato sintió esas fuertes manos masculinas, acariciarle la cintura hasta descender al trasero y se le escapó un gemido cuando él le estrujó las nalgas abriéndolas, y su calzón se desacomodó por ese movimiento.

Seguía besándolo, pero todavía no había conseguido lo que quería...

No se saciaba de él y anhelaba cada vez más y más cercanía con ese hombre, así que encajó las rodillas a cada lado del mueble y descendió para apretar su zona íntima con la de él, pero... no se esperaba que pudiera estar tan duro, y otro gemido salió de su boca al sentir el bulto apretar su intimidad, justo como ella quería...

❤ღ❤

Jimmy se volvió loco... o más bien, su nivel de locura aumentó cuando ella se sentó sobre su miembro endurecido, regalándole esa presión que había estado esperando y que amenazaba con estrangularlo, pero sabía que ella no se quedaría solo con eso. Supo lo bien que la conocía ya, cuando efectivamente sus pequeñas manos empezaron a descender por su pecho, acariciando sus músculos hasta llegar al broche de su pantalón, dónde tuvo que apartarse hacia atrás un poco para poder empezar a desabrocharlo.

—Quiero lo que tienes aquí, Jimmy —afirmó clavando su mirada salvaje en sus ojos—. Lo quiero ya mismo, dámelo.

—Es tuyo, tómalo —le respondió con un susurro que consiguió que ella esbozara una sonrisa pícara y continuara liberando su erección, bajándole la cremallera luego de haber desprendido el botón.

—Dime que solo conmigo te pones tan duro —pidió con esa voz femenina y sensual que poseía, para luego agarrar su labio inferior entre los dientes y tirar de él, al mismo tiempo que sus manos se escabullían entre la tela de su bóxer y a Jimmy se le escapó un jadeo cuando lo tocó.

—Solo contigo —jadeó de nuevo—. Tú eres la única que me pone así.

Salomé era una cajita de sorpresas y Jimmy solo había descubierto algunas, pero estaba a punto de presenciar, o más bien sentir una más..., cuando repentinamente, ella se levantó para ponerse de pie frente a él sin soltar su miembro; sin quitar la mirada de sus ojos, se arrodilló en el suelo, obligándolo a separar las piernas para encajarse entre ellas...

Sabía lo que ella estaba a punto de hacer y su corazón empezó a latir frenético por la anticipación...

Dejó que lo masajeara unos segundos, pero en cuanto ella enfocó su mirada en su miembro, simplemente no le dio tiempo de tomar aire porque su lengua se paseó por el glande, haciéndolo cerrar los ojos de placer y jadear sin contenerse...

A pesar de ser una mujer salvaje, Salomé lo saboreó lento..., con suavidad... deslizando esa lengua por la cima de la que brotaban gotas de su elixir masculino, y luego lo lamía completo hasta la base...

Selenelion (Sol y Luna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora