Selenelion (Sol y Luna)

CAPÍTULO 86: Concurso de ballet

Después de ese día, todo empezó a ir mejor para los dos, en especial para Jimmy.

El amor de Salomé estaba curando sus heridas y opacando el dolor que lo atormentaba por la pérdida de su nana.

Ella le propuso que visitaran a Anita y a Pilar en el cementerio y él aceptó, después de que había dicho que no volvería a pisar ese horrendo lugar que estaba lleno de dolor y muerte.

Se vistieron temprano para alcanzar a ir y compraron dos ramos de flores hermosas para cada tumba. Al llegar, Salomé acomodó las flores de Anita, mientras Jimmy cambiaba las de su madre, luego los dos se quedaron un rato reviviendo recuerdos y hablando con ellas.

Jimmy se sentía tranquilo, el dolor no se había ido del todo y lo cierto era que, con la muerte de Anita se le había despertado también el dolor por la partida de su madre. Era como si hubiera vuelto a perderlas a las dos al mismo tiempo; sin embargo, volteaba a ver a Salomé, que le sonreía cariñosamente y el mirarla hacía que una pequeña ráfaga de viento se colara por su pecho, para enfriar el ardor de la tristeza.

Se marcharon de ahí en cuanto llegó la hora de irse. Salomé debía ir ese día a la academia de ballet, y Jimmy la llevó allí antes de ir a C.M.L.

En cuanto llegó, pasó directamente a la oficina de su padre, que lo estaba esperando porque tenía una noticia importante que darle, y al entrar, se sentó frente a su escritorio para esperar que terminara de hablar por teléfono.

—Buenos días, papá —lo saludó en cuanto colgó la llamada.

—Buenos días, Jimmy, te cité para informarte que vamos a empezar un gran proyecto, y van a realizarse varios eventos nacionales en los que necesito que participes como modelo, bueno, además de que tendrás que aceptar varias entrevistas y salir en televisión, por eso necesito que aplaces tus vacaciones.

Jimmy no pudo esconder un gesto de aburrimiento al escuchar lo que le dijo Frank.

La navidad estaba empezando y no quería tener que quedarse a trabajar, pero no tenía otra opción; sabía que los proyectos de fin de año eran los más fundamentales y no podía escaparse de eso.

—¿Cuánto crees que demore?

—Voy a serte sincero, y es que no te hagas ilusiones —dijo Frank desanimándolo—. Este es el proyecto más grande que vamos a tener en todos nuestros años de existencia, así que durará como mínimo unos seis meses a un año.

Exhaló un suspiro y se cruzó de brazos mirando un punto en la mesa.

—Entiendo.

—¿Cuento contigo?

Esa pregunta era demasiado importante y Jimmy lo sabía; una vez que aceptara no había vuelta atrás. El proyecto se convertiría en lo más importante, por eso calló por un momento; debía meditar si era capaz de cumplirlo, aunque, si se negara, sería una acción de irresponsabilidad por su parte, ya que él era el dueño de C.M.L. y tenía que actuar como tal.

Lo primero que se le vino a la mente fue Salomé. Ella había estado lanzándole indirectas sobre las vacaciones, pero no creía que le afectara mucho el hecho de pasar una navidad tranquila en casa, así que, no quiso hacer esperar más a Frank y tomó su decisión:

—Sí, cuenta conmigo para lo que necesites.

Una amplia sonrisa adornó el rostro de su padre y enseguida se levantó para abrazarlo.

—Vamos a hacer cosas grandes tú y yo, hijo.

Jimmy le sonrió y le devolvió el abrazo.

—¿Es todo?