Salomé quería que Jimmy supiera lo que ella había sentido ese par de veces que lo vio en compañía de esa rubia, y no pensaba perder la oportunidad de utilizar a su ex amante para llevar a cabo su juego maquiavélico; aunque no pudo evitar mirar esos ojos color miel, trató de que fuera por el tiempo más leve posible, para luego incitar a su compañero a seguir caminando por el parque, adentrándose en él.
Se sintió orgullosa cuando escuchó la voz de Jimmy pronunciar su nombre llamándola, pero no le hizo caso.
Quería hacerle pagar todas y cada una de las jugadas sucias que él le había hecho, y como ya había perdido la cuenta de cuantos puntos a favor tenía cada uno, simplemente se decidió a seguir atormentando la vida de ese "niño bonito", hasta que él confesara qué era lo que quería realmente de ella.
Sus sentidos se agudizaron, y de alguna forma sus superpoderes se activaron para poder sentir la presencia del muñeco de porcelana a sus espaldas, caminando detrás de ellos en silencio, persiguiéndolos...
—Intenté llamarte, Erica —escuchó a su compañero de caminata pronunciar uno de los tantos nombres falsos que ella les daba a todos—, pero tu teléfono siempre estaba fuera de servicio.
Por alguna razón, aunque no lo hubiera planeado, le había dado un número de teléfono inservible a aquel rubio, que ni siquiera recordaba cómo se llamaba...
—Tal vez lo anotaste mal... eh... este... —masculló intentando recordar su nombre, pero era imposible—. E...
—Eliot —la ayudó el rubio esbozando una sonrisa dulce.
—¡Eliot!, sí, es que tienes un nombre algo extraño —se excusó—. Ese día todo pasó tan rápido...
Como con todos... Dejaba que el afortunado de esa noche le ofreciera un par de tragos en el club; que se acercara y le coqueteara un par de veces, eso sí... solo si le parecía atractivo y lo veía babear por ella, para luego llevarlo a un lugar privado y dejarse seducir hasta terminar acostándose con él esa noche.
Tenía sus ideas tan claras que ni siquiera se quedaba al menos quince minutos en compañía del hombre en turno, si no que se escapaba luego de darle vuelo a la hilacha; aunque un par de veces, el chico con el que satisfacía sus deseos carnales, conseguía buscar la manera de volver a contactarla después y le pedía su número de teléfono o redes sociales, a lo que ella siempre respondía con una mentira.
—Así es, y te fuiste también muy rápido —comentó Eliot—, como cenicienta.
Salomé sonrió ante la comparación, aunque le costara seguir hablando con ese hombre, porque no quería que él llegara a creer que podría tener la oportunidad de llevársela a la cama por segunda vez; su propósito principal era con Jimmy, así que, simplemente, actuó como una chica dulce y sonriente, cada vez que él le insinuaba algo o sus atrevidas manos se posaban en su espalda.
Se sentaron en una banca y por fin pudo ver a sus espaldas; sin embargo, aquel chico le tapaba casi todo el campo visual que conducía a Jimmy y hacía un esfuerzo enorme por mirar detrás del rubio sin que el pimpollo la viera.
—¿Quieres un chicle? —le ofreció el tal Eliot y ella lo aceptó solo para tener en qué entretenerse mientras ese hombre continuaba alabándose a sí mismo—. Creí que no podrías caminar esa noche, pero tu fuerza de voluntad para abandonarme, fue mucho más fuerte.
«¿Qué no podría caminar?»
Por un momento hizo una mueca de enojo que cambió por una media sonrisa de inmediato.
Lo cierto era que había tenido tantos encuentros con hombres parecidos a ese, que en realidad no recordaba como había sido con él específicamente, aunque podía estar segura de que con la mayoría había estado bien, no era para tanto; ese chico estaba siendo muy orgulloso y engreído adulando sus propias capacidades sexuales, pero eso no le provocó más que un pensamiento de comparación con Jimmy, en el que seguramente ese tipo no le llegaba ni a los talones a él.
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Selenelion (Sol y Luna)
RomanceJimmy es un hombre capaz de domar a cualquier mujer, excepto una... Una que por circunstancias de la vida termina siendo su esposa doce horas después de haberla conocido. Esa misma noche se dio cuenta de que, en lugar de mujer, parece un gorila salv...