Damara León
—Así que debo enviar a Akie, o viajar con ella para asesinarla en ese mundo.
—Básicamente.
—¿Y cómo llego ahí?, ¿Con qué necesito cargar el dérvalo?
Nuestros ceños se fruncieron a la vez. Algunas gotas de la sangre que le pintaba la cara empezaron a desprenderse en un sentido que desafiaba la gravedad, flotando en el espacio. Ambos nos encogimos de hombros de forma involuntaria al sentir una vibración corta pero penetrante, como un golpe, que se metió en nuestros oídos hasta aturdirnos por un segundo.
El cadáver que yacía cerca nuestro intentó levantarse. Toda la parte anterior de su cuerpo estaba destruida, el cráneo partido, el rostro desfigurado por los tantos cortes, pero consiguió ponerse de pie como si lo estuvieran controlando con hilos desde el frente.
Mi respuesta espontánea fue gritar dando un manotazo al aire mientras protegía a Dakota. Al movimiento de mis dedos fluyó mi talento sivregumo, trocé a la muerta en dos a la altura del abdomen. La sangre corrió hasta casi mojarme los pies, retrocedí sin dejar de mirar la cabeza estropeada: los jirones pastosos que le quedaban por boca se movían tratando de modular.
—Es mío —balbuceó —Daniel me pertenece.
Aris, que se había medio inclinado para mirar con curiosidad, levantó la vista para verme. Su tranquilidad me sorprendió tanto como la manifestación.
—Es Akie Zarina —aclaré, en caso de que no lo hubiera deducido.
Admito que a pesar de mi reacción me asusté menos que la primera vez, aunque no supe identificar si era la presencia de Aris lo que me daba esa confianza, o si se debía a la seguridad de todas mis experiencias vividas hasta entonces.
—¿Ah sí? — cargó el torso mutilado, la sangre acabó por bañarle las piernas.
El cadáver, cuyas órbitas oculares estaban hundidas, mostraba dificultades para mover los ojos. Quería mirarme a mí.
—¡¿En dónde está Daniel?! —solté confundida.
Se sacudió empujándose hacia el cuello de Adrián, pretendiendo ahorcarlo. Él con una sola de sus manos le sujetó las dos muñecas.
—Shh, shh, shhh— siseó —De tantas cosas divertidas que podemos hacer, ¿Decides pelear conmigo? Akie Zarina, hace tiempo que quería conocerte. ¿Crees que esté aquí? —me preguntó.
—¿Cómo que conocerla? —eso sí me aterró, descubrirle quién sabe qué intenciones.
—Por motivos investigativos, nada más. Ya entendí la naturaleza del mundo oscuro, me falta comprender otro poco a sus criaturas. Ella es la única oportunidad que tengo. Además, como probablemente sospeches, tengo cierto fetiche por las ex mujeres de mi padre.
—No te atreverías...
—Nunca nada personal. Es morbo en su estado más simple —abrió la boca y extendió su lengua para lamer la sangre que corría a lo largo de ese pedazo de cuerpo —Akie Zarina, ¿Quieres saber quién soy?, ¿Quieres sentir un poco de lo que me gusta hacer? Madre, discúlpanos— me miró gesticulando un mohín —Pero en este momento me estorbas.
El torso mutilado que no paraba de forcejear, de repente perdió sus fuerzas y cayó a completo dominio de mi hijo. Él lo sacudió, como esperando que se renovara la vida artificial que hasta hace un momento controlaba el cadáver.
—Qué decepción —comentó, dejándolo caer.
—¡¿Qué se supone que intentabas?!
—Mejor no preguntes.
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Herencia Roja | Libro 13
VampireContinuación cronológica de Reverdecer Vampírico - Saga Crónicas Zansvrikas ♥ Sinopsis: La dinastía León se fortalece. Un nuevo comienzo emerge de las ruinas, soplan vientos buenos de transformación. Sombras del pasado regresan como peligrosas amena...