Capítulo 37

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Aevë Kishá

La sede central de GenoHeredis es una fortaleza subterránea que alberga laboratorios de investigación y desarrollo, oficinas, celdas, y salas de comando. El protocolo que asegura el tránsito exclusivo a cada una de estas instalaciones es altamente riguroso. Las puertas principales son controladas por un jefe de seguridad que las bloquea y desbloquea solo para el equipo de trabajo establecido, esta es la primera barrera. Una vez cruzada existe una zona de transición, donde cada quién debe ocupar su propia tarjeta de acceso y escanear su huella dactilar, que además incluye una punción rápida en la que se extrae una pequeña cantidad de sangre. La muestra obtenida se procesa en tiempo récord, lo hacen para garantizar que sigamos siendo humanos. Una vez dentro del bunker, un sistema de monitoreo integral abarca todas las áreas existentes, supervisando y registrando los movimientos y actividades de todos en las instalaciones, así como las condiciones vitales del organismo. La temperatura corporal y el ritmo cardíaco, entre otros parámetros que puedan delatar naturaleza zansvrika, son vigilados de manera continua.

Las tarjetas del personal autorizado están configuradas para permitir diferentes niveles de acceso según el rango y la labor, estas también se pueden programar para otorgar permisos temporales o restringir el paso a ciertas áreas en momentos específicos. Así mismo, es a medida que se desciende en el complejo que incrementa la importancia de los departamentos que lo conforman. En el primer nivel están las oficinas de gestiones, seguidas de los centros de control. Luego las múltiples capas de laboratorios. Cámaras de contención, cámaras de experimentación. Le sigue el almacén, la sala de reuniones, y el despacho del comandante, ese hombre cuyas manos dirigen las redes cazadoras.

Al administrar el piloto de innovación biogenética mi enfoque fue la exploración. Mi experiencia en anomalías zansvrikas me permitió presentar aparentes descubrimientos hechos por el equipo a mi cargo. No fueron datos que demostré sacar de la manga de un día para otro, sino que los proporcioné como resultado de pruebas rigurosas. Este es un juego tan simple que casi se vuelve tedioso, pero es eficaz. Sostengo sus manos, guiándolos en la resolución de ecuaciones que yo misma planteo, y cuyos resultados son, por supuesto, conocidos de antemano en el récord científico de los vampiros. Personifico una igualdad aparente al lidiar con incógnitas que para mí son certezas, pero destaco al contribuir de manera determinante a la solución. No es una hazaña que despierte sospechas de lo que soy, pues las eminencias humanas que han elevado a los cazadores hasta su posición actual han demostrado su destreza como yo la represento de este modo, y como aquellos, he escalado posiciones.

En el nivel más profundo de la bóveda, en este minuto estoy rodeada de los miembros que dentro de esta organización cuentan con trayectoria de peso. Sobre nosotros el escudo de GenoHeredis, que consta de un hombre alado sosteniendo una lanza, esta pisa a una serpiente negra. El conjunto está pintado en dorado y blanco, en los bordes se lee en latín "Excelencia genética para la humanidad". Cada uno de los que se sienta a mi lado se enorgullece de su parte en la búsqueda de la cura genética contra la infección vampírica y están aquí porque su desempeño ha sido vital en el camino. No le temo a ninguno pese a saber lo que serían capaz de hacerme si supieran mi naturaleza. Pero sola entre demonios confío en mí misma.

El vicepresidente de estrategia y planificación nos ha convocado por motivos desconocidos. Pocas veces reúnen a tanto personal de calibre a la vez en un mismo salón, así que lo que lo haya hecho posible tiene ser interesante. A mi lado, el capitán de división biomilitar coquetea con la oficial superior de operaciones genéticas que está frente a nosotros, ella controla su risita en cuanto hace ingreso aquel por quien estamos aquí. La expresión de él demanda la misma autoridad que todos le rinden, el ambiente cambia abruptamente con cada quién adoptando una postura recta en los asientos.

Herencia Roja  | Libro 13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora