Capítulo 16

23 4 0
                                    

—¡Gran señor! —varios guardias convocaban al Zethee aún desde lejos, mientras se deslizaban hacia nosotros.

Cargaban armas especializadas contra vampiros, del tipo que usaban los cazadores. Al descubrir que Aris había salido de la cripta, las levantaron hacia él.

—El señor de los cadáveres está al servicio del trono esta noche —anunció Daniel, haciendo un ademán de alto —Supervisado por mí. Escuchen bien: estamos expuestos a una amenaza muy peligrosa.

—¡Un fenómeno paranormal se manifiesta! —se adelantó uno.

—Sí. A partir de este momento, el ejército zansvriko cesa sus funciones de combate hasta que yo autorice la reanudación de sus ejercicios.

Al unísono, todos reaccionaron a casi una misma voz vociferando expresiones de confusión común.

—Para esto fui investido como rey —endureció el tono —Para enfrentar al adversario que supere las fuerzas de nuestras filas. Si intervienen serán un estorbo, porque los asesinarán, y sus cuerpos se levantarán a favor del enemigo. Esta pelea me pertenece. La única con la competencia para respaldarme es mi zrasny. Aris sigue siendo prisionero, solo que haré uso de su creatividad como estratega para garantizar el éxito en la operación.

—A mí no puedes pedirme que te deje —habló Ejos, que había llegado unos segundos antes que los militares.

—Después de tantos años de servicio a la corona no dejaré que mueras en vano. Así que seguirás la orden que te doy.

—Ejos —me adelanté hacia él —Lezanger está herido. No es de gravedad, pero por seguridad es conveniente encomendarte a ti el traslado de mi hija. A nadie más le tendría esta confianza.

Los ojos se Ejos se relajaron, al igual que los músculos de su rostro. Por un instante demostró vacilación, seguido de temple y orgullo.

—Llévala con Sestnev— puse a Dakota en sus brazos dispuestos.

—Busquen al vrlaj. El krlaj los respaldará, ya sabes dónde deben refugiarse.

El escolta principal del Zethee era el único que sin pertenecer a la familia, conocía la existencia de los túneles por los que yo una vez hui. Esos por los que Daniel pretendía que escapara durante el asesinato masivo del rui celum. Era allí a donde los estaba mandando. Además, conferirle a Moisés tareas de defensa no se podía cumplir al pie de la palabra, era más que nada una forma de que no se sintiera inútil, especialmente frente al hecho de que Adrián tenía un talento que podía ser aprovechado, aunque Lezanger era consciente de sus propias debilidades.

—Ustedes corran las órdenes entre las tropas— volvió a dirigirse al grupo —Todo vampiro que esté en Montemagno debe encerrarse en el bunker hasta que yo permita su salida. ¡Vayan!

Entre quiénes se tomaron la molestia de asentir antes de obedecer y los que se desaparecieron como si no hubieran estado allí, en un pestañeo quedamos solos con nuestros hijos y el leal acompañante.

—Kham —le sujeté la mano con amor —Por favor. No es lo que piensas.

—¡Al diablo con sus justificaciones! —se sacudió. Partió con la misma velocidad.

—Ofres aní —Ejos nos deseó suerte, en seguida siguió a Lezanger.

—¿Por qué estás mojado? —le pregunté a Daniel, estábamos solos con nuestro primogénito.

—Viajé entre líneas, salí por el río.

—Aris piensa que podemos vencer a Akie si la llevamos a otra dimensión.

—¿A la oscura? —lo miró entrecerrando los ojos, curvando sus labios en una mueca burlista.

—El mundo oscuro no es una dimensión natural —le explicó como a mí —Es el espejo artificial de un universo que de por sí no se rige por la normalidad física. Es una réplica diseñada por las divinidades para atrapar las almas contaminadas. El mundo original por el que se le dio forma tiene muchos dioses, algo similar a los que conforman la mitología romana y griega, solo que allá no son un mito. La diosa de la tierra expulsó a todos los espíritus malignos que atormentaban a la gente, los confinó en un inframundo, que es el mundo oscuro del que hemos escuchado hablar durante tantos años.

Herencia Roja  | Libro 13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora