Daniel León
Maldita criatura. Todos estos años intentando encontrar un modo de salvar el fragmento de espíritu atrapado en ese cadáver andante. Acepté perder porque me vi acorralado entre el peligro que ella representa y el plazo de tiempo establecido por mi diosa. Tengo claro que se trata de un demonio, uno que alberga horrores en su interior, pero qué difícil es tratar con él si tiene la forma de Akie y demuestra pensar como ella lo haría, porque endurece mi corazón contra la mujer que he querido ayudar.
—Confío en ti...— advierte observándome, moviendo sus hombros con seducción.
Sus dedos bajan por mis clavículas, continúa a lo largo del pecho, abdomen, pelvis. A medida que me acaricia recupero dominio. En cuánto puedo hacer uso de mis piernas las paso por encima de las suyas y la tumbo, quedando arriba yo. Me sonríe fascinada. Mi peso la empuja, no la toco. Me limpio sí mi propia sangre de la boca y reviso la profundidad de la herida.
—¿Tan segura estás de que compartiré tus planes, que necesitaste controlar mis reacciones tan solo para beber de mí?
Su labio superior pasa a descansar sobre el inferior, la tristeza le vuelve a los ojos, pero ladea el mentón con soberbia.
—Porque eres testarudo como mula. A veces necesitas persuasión a tu estilo: obligándote a entender los beneficios de aquello que te niegas a aceptar.
Enarco una ceja.
—Así que lo recuerdas todo. Tienes presente entonces cuál es mi posición respecto a ti, te lo dije cuando nos reencontramos.
Pienso en ese momento a propósito de recrear la escena en su mente.
—Entiendo y respeto lo que pasó— fueron mis palabras —No lo comparto, no estoy de acuerdo, y me duele que hayas tomado la decisión más equivocada al intentar solucionar por ti misma el problema, en lugar de contármelo todo y confiar en mi capacidad para resolverlo contigo. Pero ahora conozco los hechos. Mi Akie Zarina intentó protegerme, aunque de una manera errónea. Fue engañada. Viajó entre líneas hacia la dimensión más peligrosa de todas, en donde pienso cometió suicidio. Vendió su espíritu a un demonio poderoso, un vampiro de ese mundo, que mezcló el alma de ella con una conciencia oscura. Tú eres la criatura que ha surgido. Estás muerta. Te mueves por obra de magia negra. De entre muchas otras cosas, careces también de noción del tiempo. Y de entre muchas otras consecuencias, no entrarás al mundo de los muertos.
Sacude la cabeza como intentando deshacerse de la visión.
—¿Qué te hace creer que desearía que siguiéramos juntos, aunque no hubiera rehecho mi vida jamás?
Abre la boca con estupor, sus ojos vagan confundidos por mi rostro estudiando mi actitud.
—No fue Damara quién me separó de ti, Akie. Pero admito que si hubieras regresado viva y con tu espíritu en una sola pieza, no habrías podido apartarme de ella de todos modos. La única oportunidad que hubieras tenido de tocarla, tanto para disfrutar de su cuerpo y de su sangre, como para matarla, sería cuando la conocí. A estas alturas es imposible, estés endemoniada o no.
Me levanto. Akie se incorpora a medias, imprimiendo odio en sus pupilas.
—A lo mucho hubieras tenido que tolerarla como mi segunda esposa, suponiendo que tú y yo nunca nos hubiéramos divorciado, ¿Pero sacarla de mi vida? —arrugo la cara, casi riéndome. Recojo mi labio inferior y paso la lengua sobre la rotura —Por otra parte, a ella no la obligaría a tolerarte a ti. Porque para empezar, a diferencia de la relación que tú y yo tuvimos, no me gusta la idea de que alguien más pueda ponerle encima un solo dedo, ni siquiera tú.
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Herencia Roja | Libro 13
VampiriContinuación cronológica de Reverdecer Vampírico - Saga Crónicas Zansvrikas ♥ Sinopsis: La dinastía León se fortalece. Un nuevo comienzo emerge de las ruinas, soplan vientos buenos de transformación. Sombras del pasado regresan como peligrosas amena...