Herencia Roja | Libro 13

Capítulo 55

Leohark Anleid Krlaj

Todo avanza de acuerdo a lo planeado. Esta edición del festival se celebrará fuera de sus fechas habituales, pero la promesa de asistencia ha sido un éxito. A través del opscroll hemos promocionado lo que tenemos para ofrecer, y a la casa del sol han llegado las confirmaciones.

Con mi hermana llevando las riendas de los asuntos ceremoniosos relacionados a la festividad, y Lezanger manejando los eventos culturales, a mí me queda la parte más complicada tomando en cuenta que pone una barrera entre Kham y yo. Desconozco cuánto dure su descontento, y es la única dificultad que me supone el trabajo, pero no puede ser de otra forma. Mucho ya se logra con que las fichas se compongan de cazadores, los visitantes tienen sed de sadismo, no podemos negarle la violencia que esperan ver. Del cambio razonable no me quejo, porque aunque no tengo la misma empatía que mi hermano respecto a las presas pues priorizo la salud zansvrika, y no tengo especial afición hacia las torturas, sí siento una reconfortante satisfacción ante el hecho de que quiénes sufrirán lo merecen. En este sentido no me pesa la conciencia elegir el cómo las piezas serán desmembradas.

En cada Festival de Cadáveres celebrado los vampiros apostaban que su ficha sobreviviera durante más tiempo que las de los demás. Las compraban en su mayoría en función a esto, siendo la belleza el segundo factor más influyente. Así los vampiros iban al Rand miara y los escogían tras haberlos visto en persona, fuera cual fuera la modalidad de venta que ofreciera el mercader. Esto cambiará en la presente edición.

En la sala de planificaciones les explico mis ideas a los que se encuentran a mi mando: dos arquitectos de juegos, un ingeniero mecánico, un ingeniero civil, y el nuevo oficial de protocolo.

—Las fichas no se exhibirán—revelo— Permanecerán en las jaulas, mientras que lo que se presente en el Rand miara serán sus nombres y la categoría de sus crímenes. Quienes asistan al festival sabrán que esta vez se han colectado solo a cazadores. Necesito que a la hora de que elijan con quién jugar sepan también lo que ese ser humano ha hecho contra la comunidad zansvrika. Esto fomentará además que el atractivo de la dinámica no sea apostar que su ficha sea la última en pie, sino, tal vez, alargarle la agonía tanto como sea posible.

Es un buen equilibrio. Los vampiros que gustan del festival quieren presenciar mutilaciones y gozar con cascadas de sangre. Si debemos ser generosos en crueldad será preferible hacerlo contra quiénes orgullosamente han ultrajado a la raza zansvrika. Es un cambio favorable. Venganza camuflada en honor. Piedad para quiénes al azar caían en un destino macabro. Justicia para nuestras víctimas... No sé si la integridad que tengo baste para administrarla, pero si voy a suceder a mi padre, sea cogobernando o no, debo dar lo mejor para estar a la altura. Este es un buen ejercicio para dominar cualquier emoción que pueda afectar mis capacidades.

—Se harán historiales de cada uno —prosigo —Necesitaremos mostrarlos de forma atractiva para que haya interés en conocer la información, la que a su vez debe ser manejada con cautela por respeto a la sensibilidad de los vampiros que hayan tenido pérdidas en esas circunstancias, y omitiendo detalles específicos de los actos. El Rand miara ha sido siempre al aire libre, me gustaría un recinto cerrado esta vez, con pasillos amplios, cuyos muros exhiban los datos que nos interesa que se sepan. Entonces la elección de las fichas no se basará en adivinar cuánto pueden resistir en qué juego, sino en la desgracia a la que se les antoje condenarlos. Se mantienen las modalidades habituales de vaterca y lenderio, mezclando en lugar de fichas fuertes con raquíticas, cazadores que difieran en la magnitud de sus agresiones.

No intento con esto lavarme las manos de las vidas a cobrar, pues en cualquier juego que los demás elijan variará la forma de muerte, no la intensidad del sufrimiento, y esos los pongo yo. Otro punto relevante es que, en los festivales anteriores, Montemagno conservaba a manera de impuesto un porcentaje de las ventas de las fichas, siendo que los mercaderes tenían buenas ganancias. Ahora que no se les han comprado recursos humanos a los uncrolar la totalidad de los ingresos de las ventas será para nuestra administración.

—Otra variación es que pondremos en venta los restos de las fichas que valgan la pena: cráneos, pieles, el cadáver tan completo como quede, ¿Quién sabe? Podría haber alguien que quiera hacer algo adicional con él— digo antes de dirigirme al oficial de protocolo —Tenemos que tener a un valuador que le ponga un precio justo a esos residuos. Todo lo que no compren se reciclará de forma inmediata en artesanía que se venderá al día siguiente, a razón que para el segundo día del festival ya haya disponible vajilla de huesos. Se me ocurre que al estar hechos de cazadores tendrán buena salida. La sangre la regalaremos— en los festivales anteriores iba directo al gran depósito de Montemagno —Todas las plataformas de los juegos tendrán un reservorio con grifo del que podrán beber gratis lo que se derrame.

Imagino el Rand miara que quiero levantar. Visualizo cómo será.

—Ya que tendremos nuevas atracciones y una motivación diferente para la selección de las fichas, sería adecuado que los vampiros puedan identificar el fuerte de cada máquina— agrego —Eso les dará comodidad para elegir en qué gastar sus compras. Así que el recinto se dividirá en dos partes, la de la venta de fichas, y otra donde se muestre un orden temático de los juegos: cuáles generan quemaduras, cuáles decapitan, cuáles despellejan, etcétera. Quiero ofrecer distracciones gratuitas, podrían ser ruletas y máquinas tragamonedas en las que se sortee un castigo al azar para la ficha en turno, como la mutilación de un miembro, una fractura, una puñalada, acciones por el estilo.

Tendremos suficientes cazadores para ello. La lista específica que le entregué a Mary Angelle se obtuvo balanceando reportes zansvrikos con la información que ella misma nos hace llegar, pero también mandamos por aquellos cuyos actos aún carecen de testimonios de las víctimas. Claro que algunos podrían no saberse nunca, y tampoco pueden quedar impunes.

—¿Manejas ideas para los juegos nuevos que quieres implementar, Krlaj? —me pregunta uno de los arquitectos.

—Sí— hablo para todos —Necesito construir lo que haga posible esto. Que trabaje con la fuerza y duración prudente que la resistencia humana permita para un buen espectáculo.

Despliego un pergamino que reviso mentalmente al igual que quiénes lo ven por primera vez. Hice mi selección en base a dos criterios. Uno es asegurarme que los juegos más populares de cada vieja edición del festival se repitan. Para el otro estudié las torturas en Montemagno, en los textos que las describen desde el contexto histórico. Las ideas las tomé de allí. Incluí varias de las ejecutadas por mi padre.

Pocos momentos después el ingeniero rompe el silencio de manera involuntaria. Relee, en voz alta esta vez y casi sin notarlo, pero me parece que así empieza ya a construir en su mente experta el funcionamiento de las maquinarías que se adaptarán a lo que pido. En seguida, cuando empieza a murmurar pensamientos erráticos sobre lo que analiza, los dos arquitectos de juegos pronto se le unen convirtiendo el balbuceante monólogo en un fluido debate común que toma forma hasta darle cuerpo a mis propuestas.