Capítulo 56

921 126 58
                                    

En cierta mansión secreta de los Nie, Meng Yao yacía en la cama durmiendo. 

Eran altas horas de la noche cuando Nie MingJue abrió la puerta de la habitación. La enorme ventana a un lado tenía las cortinas corridas a los costados, por lo que el paisaje nocturno estaba a la vista y la luz de la luna se reflejaba en la silueta de un hombre con un protuberante vientre.

Nie MingJue no supo cuánto tiempo se mantuvo mirando a Jin GuangYao, pero sus ojos simplemente no podían apartarse, incluso si no podía distinguirlo claramente en medio de la oscuridad. 

Cuando de pronto la persona dormida emitió un leve sonido, Nie MingJue se acercó a la cama con cuidado. Se sentó en la orilla y siguió mirando a MengYao fijamente. En un momento, el hombre que yacía profundamente dormido, abrió los ojos y miró a la persona frente a él y se tomó su tiempo antes de dirigirle la palabra.

—Dage... —susurró, tratando de abrir los ojos—. ¿Desde hace cuánto tiempo estás aquí? 

Nie MingJue le acarició el rostro, y lo miró tratando de reprimir aquel instinto de posesividad que ultimamente le ha invadido al verlo embarazado de su hijo. 

Ahora que había revelado la supuesta muerte de Jin GuangYao al mundo, un tipo de carga había desaparecido de sus hombros. Aunque lo que lamentó es que al final no podría cumplir su mayor deseo de llevar a MengYao a visitar a Lan Xichen y reclamarlo como suyo.  

Al ver el estado actual de ZewuJun e incluso cómo había reaccionado a la muerte de Jin GuangYao, sus maquinaciones y planes sobre llevar a MengYao solo se desvanecieron. 

Se odiaba por ser tan frágil con esa persona, que antes en verdad veía como su hermano jurado.

FInalmente suspiró para sus adentros y respondió a Jin GuangYao —Acabo de llegar. No quería despertarte, lo siento.

—Dage, te extrañé. 

Este cambio de personalidad por parte de MengYao le agradaba tanto. El Meng Yao original ni en sus más locos sueños se expresaría de esta manera tan cariñosa y abierta a él. Incluso sintió que sus instintos de propiedad eran cada vez más fuertes.

Bajo tales sentimientos, Nie MingJue besó el cuello de MengYao y amagó morderlo. Meng Yao se estremeció y emitió un leve quejido, pero no lo alejó.

Nie MingJue realmente quería continuar y poseer a Jin GuangYao ahora mismo pero reprimió esos instintos. Después de todo, Meng Yao ahora iba por el sexto mes de embarazo, su vientre lucía como el de una mujer que tenía nueve meses de gestación y el omega estaba demasiado débil por eso. Nie MingJue temía a las consecuencias de si seguía sus deseos. Porque anhelaba con todas sus fuerzas ver vivir a ese hijo. 

Nie MingJue apretó sus manos en puños, pero se alejó. Preguntó para cambiar de tema. —¿Cómo has estado? ¿Los sirvientes te trataron bien?

Aunque solo había unos pocos sirvientes en esta enorme mansión, realmente estaba preocupado por el hecho de que pasaba casi todo el día trabajando en la secta. No quería que Meng Yao estuviera incómodo en ningún momento.

—No conversan conmigo. Todo es muy silencioso. Dage, trata de venir más seguido. Estoy muy aburrido y el bebé en mi estómago cada día me hace sentir más débil. Solo cuando estás cerca siento menos pesadez en el cuerpo.

La mirada de Meng Yao realmente lucía lamentable, y Nie MingJue solo pensaba que quería estar a su lado todo el tiempo posible. 

Realmente quería apresurarse a formar un heredero, entrenarlo adecuadamente para que se haga cargo de la secta y así pasar el resto de su vida para siempre con este hombre que ahora era finalmente suyo.

Prisionero [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora