Capítulo 18

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En la secta YumengJiang, Wen Ning miró a la distancia a través de la ventana de su alcoba. Cada día inconscientemente hacía lo mismo, esperando ver la silueta de Wei Wuxian regresar...

Había pasado los tres primeros meses en reclusión en un pabellón, a la espera de que alguien le dijera lo que estaba ocurriendo pero hasta ahora nadie respondía lo que preguntaba.

Y con el tiempo, fue escuchando lo que no quería escuchar por aquellos discípulos que custodiaban la única salida.

—Aún no puedo creer que el joven maestro Wei hubiera sido capaz de irse sabiendo que su omega estaba esperando un hijo suyo.

—Es lamentable conocer lo irresponsable que puede llegar a ser una persona. Y siendo honesto, probablemente lo abandonará a su suerte. Ha demorado tanto con la misión, ¿por qué aún no ha regresado?

Wen Ning bajó la cabeza, dolido, mientras escuchaba lo que esas dos personas decían.

Evitó creer en los rumores a toda costa y se propuso firmemente confiar en Wei Wuxian especialmente ahora que esperaba un hijo suyo.

Debería confiar en él, es lo que se repetía cada vez que la inseguridad lo hacía flaquear. Después de todo, ¿cuántos años llevaban conociéndose?

Acarició su vientre, culpándose, pero dadas las circunstancias esperar tampoco era algo que podía hacer.

Entregó su corazón desde el principio y si de verdad Wei Wuxian lo había abandonado como decían los rumores, entonces tenía que escucharlo de él mismo.





Luego del celo que pasaron juntos, Wei WuXian despertó en la misma habitación de siempre y apenas cruzó palabras con Lan WangJi.

Por primera vez en toda su vida, Wei WuXian comenzó a odiar a Lan WangJi. El voto de silencio que mantenía puesto en él durante la mayor parte del tiempo era lo único que le detenía de maldecir su existencia.

El único momento en donde Lan WangJi removía el voto de silencio era cuando Wei WuXian necesitaba alimentarse. Con el pasar de los días, Lan WangJi traía las comidas diarias en un horario estipulado y obligaba a Wei Wuxian a comer, aunque le doliera su rechazo, le hacía engullir hasta la última migaja de lo que estuviera trayendo.

—No puedo más —rechazó Wei WuXian semanas más tarde, ladeando la cabeza. 

Lan WangJi iba a volver a obligarlo a comer pero se detuvo al notar el pálido rostro de Wei WuXian. Lo miró por un momento y supo que no era una simple excusa esta vez así que se detuvo.

Notando que no le dirigiría la palabra de nuevo, Lan WangJi se marchó de la sin oposición para darle espacio. Mientras tanto, preparía algunos ungüentos para mejorar la condición de Wei Wuxian.

Esperó unos minutos antes de regresar y Wei Wuxian estaba sentado en el mismo lugar, no se había movido en ninguna parte. Lan WangJi se acercó preocupado. Wei Wuxian estaba demasiado pálido y sudaba frío.

—¿Wei Ying?

—Llévame... —susurró, apenas con algo de fuerza—... al baño. Llévame allí.

Lan WangJi no hizo más preguntas. Confiando en su fuerza, llevó a Wei Wuxian entre sus brazos. Wei Wuxian estaba tan débil que ni siquiera tenía la fuerza para apartarlo y cuando finalmente Wei Wuxian cruzó el umbral de la puerta fue directo al retrete y lo expulsó todo. Arcada tras arcada de todo lo que había comido.

WangJi se colocó tras Wei WuXian y dubitativo, dio suaves palmaditas sobre su espalda. Después de que Wei Wuxian terminó de vomitar, tomó una toalla limpia y se la acercó.

Prisionero [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora