Capítulo 39

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Jin GuangYao abrió los ojos y todo su cuerpo sudó frío. Las palabras que Nie MingJue había dicho lo dejaron paralizado, como si una montaña lo aplastara.

Estás embarazado, ¿no es así?

Despues de vivir como un alfa durante todo su vida, por primera vez experimentó el miedo de un omega bajo el aura de su compañero.

Las manos que envolvían el vientre de MengYao presionaron la piel desnuda, cuidando de no ejercer demasiada fuerza. Nie MingJue se acercó al cuello frente a él y lo mordió. Varias líneas de sangre salieron entre la hendidura de los dientes, mientras retomaba el vaivén de las estocadas.

El "omega" no tuvo tiempo de responder a la acusación, apretó los labios soportando las embestidas salvajes. Toda la excitación que pudo haber sentido, se disipó como si jamás hubiera existido con la acusación anterior y Nie MingJue notó que la entrada de Meng Yao lo apretaba demasiado así que le golpeó uno de los muslos para que fuera obediente. Los ojos blancos del alfa parecían tener un destello de claridad, que rápidamente se desvaneció.

Viendo que no iba a detenerse, Jin GuangYao trató de relajarse pero las embestidas se volvían más caóticas, sin darle una manera de sentirse calmado. El dolor en la nuca no hizo más que aumentar cuando fue mordido de nuevo, su cuerpo fue aplastado por el de su hermano jurado y la cama se movió con las embestidas, como si estuviera apunto de romperse.

MengYao soportó en silencio mientras pensaba: —Sigue siendo el mismo... un loco salvaje. No..., no debería recobrar la razón, así que... ¿cómo fue capaz de hablar? ... Podría ser que...

Interrumpiendo lo que estaba pensando, Jin GuangYao fue volteado boca arriba bruscamente. Abrió los ojos por el cambio de posición y pudo sentir claramente como algo dentro de él era tocado, provocando que de alguna manera tuviera una erección de nuevo.

El aura emanada por Nie MingJue era pesada, sofocante, sacudiéndolo en la cama sin darle otra opción más que recibirle. Al menos en ese momento, Jin GuangYao confirmó que en efecto, Nie MingJue no estaba lúcido como había pensando. El miedo que había sentido por pensar que fue descubierto, se calmó un poco.

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Cuando pasó una hora, Jin GuangYao estaba totalmente agotado, y ese cansancio pronto fue reemplazado por un dolor agudo, que se originó en el lugar que unía a las dos personas.

Nie MingJue no estaba midiendo la fuerza de sus embestidas y en realidad estaba comenzando a lastimar a Jin GuangYao. Jin GuangYao intentó detenerlo inútilmente.

Había estado haciéndolo durante tantas horas con los omegas, que ahora al ser sometido apenas tenía fuerzas para decir algunas palabras.

—Ming...MingJue.

De alguna manera, las estocadas se volvieron más salvajes. Jin GuangYao gritó, abriendo los ojos, una mezcla de dolor y placer comenzó a sofocarlo como nunca antes. Sus piernas temblaban. Apretó los dientes y sostuvo los hombros de la otra persona en un intento de detenerlo.

—Más... des...pacio... más despacio.

Nie MingJue gruñó, queriendo continuar, pero inesperadamente fue obediente y se movió más lento. Su ceño estaba más fruncido de lo habitual y no dejaba de gruñir a pesar de haber realizado el pedido. Todo el rostro de Jin GuangYao de pronto, se calentó brillando en un rojo vivo. Con cada estocada suave algo en su interior parecía quemarse en llamas.

Los ojos blancos parecían sin vida, pero Nie MingJue gruñía en protesta incluso estando fuera de control, como si de verdad quisiera continuar siendo brusco. Como si de verdad estuviera consciente...

Prisionero [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora