Capítulo 46

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Después de ese encuentro, Lan WangJi fue dejado en una habitación en aislamiento temporal. Solo cuatro paredes estaban a la vista y la comida la traían unos discípulos en los horarios establecidos en Gusu Lan.

Mientras tanto, Su Ming se mantuvo en un patio con A-Yuan y Mo XuanYu, sin posibilidad de estar con los tres pequeños bebés que fueron tomados por los dos ancianos.

El pequeño A-Yuan estaba curioso con los recientes acontecimientos y volvió a preguntar:

—Maestro Su, ¿qué está sucediendo? ¿Dónde están mis hermanitos? ¿Dónde está el joven maestro Lan?

Aunque quisiera responder, Su Ming no sabía la respuesta de ello.

Mo XuanYu al mismo tiempo estaba igualmente confundido, tantos nuevos olores, tantas caras nuevas. Se sentó en un rincón de la casa y abrazó sus rodillas. A Su Ming le partió el corazón verlo tan vulnerable pero tenía que mantenerse calmado por el bien de A-Yuan y Mo XuanYu, que fueron dejados a su cargo.

Su Ming habló: —A-Yuan, sé paciente, ¿está bien? Esos asuntos deben ser muy serios, no podemos entrometernos.

A-Yuan asintió pero aún así se sentía muy receloso con lo que estaba sucediendo. El maestro Su lo notó y le tocó el hombro para intentar apaciguarlo. —Quiero que intentes dormir un poco, ¿de acuerdo? Ahora debo cuidar a A-Yu y ver qué puedo hacer para comer.

—No tengo sueño. ¿Me dejas ayudarte?

[...]

Durante el tiempo que lo mantuvieron a solas, Lan WangJi sabía con certeza que la principal razón de ello era la discusión de su sentencia. Con ese pensamiento, se mantuvo paciente y esperó.

Cuando finalmente lo llamaron, pasaron siete días. Lan WangJi fue llevado a un pabellón, en donde Lan XiChen estaba de pie en una plataforma.

El clima ese día era cálido y las nubes lucían blancas y esponjosas dando vida al ambiente. Sin embargo, Lan WangJi no prestó atención a ese tipo de detalles.

Sin delicadeza, fue obligado a arrodillarse en la plataforma donde Lan XiChen lo esperaba por el mismo par de ancianos de la primera vez. Se mantuvo en esa posición en silencio y como dictaban las reglas, no emitió una sola palabra para justificarse.

Lan XiChen, su tío y estos dos ancianos, eran las únicas personas presentes en el área. Lan XiChen como líder de la secta, tendría que tomar el rol más importante de todos: dictar la sentencia. Los otros dos ancianos eran amigos de su difunto padre, colegas de Lan QiRen, y serían los testigos del veredicto. Nadie más que ellos sabría lo que ocurrió por el bien de la reputación de Gusu y Yunmeng Jiang.

Lan WangJi inclinó la cabeza en el suelo en espera a su sentencia. Todos tenían miradas solemnes, atentos a las palabras que daría el líder de la secta.

—¿El líder de la secta YumengJiang aún no ha llegado a Gusu? —preguntó uno de los ancianos, interrumpiendo el silencioso ambiente.

—No ha sido notificado —respondió Lan XiChen con calma—. Creo que lo mejor sería esperar a que...

Interrumpiendo, Jiang Cheng cruzó una de las entradas. Las miradas de todos fueron puestas en él de inmediato mientras caminaba hacia la plataforma en silencio.

Lan XiChen se quedó mirándolo con sorpresa y justo cuando iba a hablar, Zidian comenzó a emitir el particular trueno violeta. Jiang Cheng se impulsó hacia la plataforma con Zidian y apenas se cruzó frente a Lan WangJi le dio un golpe que lo lanzó casi afuera de la plataforma.

—¡WanYi!

Lan XiChen rápidamente fue a detener a Jiang Cheng pero el omega estaba empecinado en soltarse de él y solo cuando Lan XiChen lo agarró con más fuerza pudo impedir que continuara atacando.

Prisionero [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora