Capítulo 6

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Después de enterarse de que Xiao XingChen estaba embarazado, Xue Yang no le permitió hacer otra cosa más que descansar y alimentarse. Su estado lo preocupaba hasta el punto de no dejarlo salir, especialmente en los días soleados y nublados. Incluso le prohibió acompañarlo a cazar, argumentando que no debería de hacerlo desde ahora.

De ese forma, Xue Yang se encargó de hacer por completo las tareas del hogar y de cuidar los cultivos con los que se sostenían, siempre asegurándose de cazar las presas más gordas que encontrara, cada una cocinadas cuidadosamente por él para Xiao XingChen.

Cualquier omega estaría encantado de vivir de esta manera, siendo mimado por su Alfa y concentrándose solo en descansar. Sin embargo, tratándose de Xiao XingChen, el no hacer nada y sumado también el encierro. Todo, le resultó insoportable.

Ni siquiera supo cómo pudo soportar vivir de ese forma durante los siguientes tres meses de gestación.
Xiao XingChen intentó soportarlo, queriendo complacer a Xun Lao. Después de todo, sería el primer hijo que tuvieran y ambos estaban preocupados por esa razón. Sin embargo, cuando su compañero le prohibió practicar con la espalda en aquella tarde templada, Xiao Xing Chen llegó al límite de toda paciencia. Miró a XunLao con el ceño fruncido.

—Xun Lao, es suficiente.

Xun Lao tomó cuidadosamente la espada del omega y le habló con un tono suave.

—Omega, no. Tienes que regresar a descansar. Vamos, entremos a nuestra casa.

Xiao XingChen estaba comenzando a molestarse.

—¡Xun Lao!

—Omega, no te alteres. Puede afectarle al bebé.

Xun Lao decidió acercarse, y de pronto se vio tentando en acariciar el vientre de Xiao Xing Chen, sonriendo enternecido lo hizo. Xiao XingCheng guardó silencio, intentó calmarse debido a que lo que decía su alfa era cierto. Pero aun así no podía simplemente quedarse sin hacer nada útil.

—No estaría tan alterado si fueras el mismo de siempre. Solo estoy embarazado, no pasará nada solo por moverme un poco. ¿Por qué no me permites hacer nada? ¡Ni siquiera llevo seis meses! Déjame al menos entrenar. Estoy harto de estar todo el tiempo encerrado sin hacer nada.

Xue Yang sonrió. Le pareció adorable observar a un malhumorado Xiao XingChen, que para sumar estaba esperando un hijo suyo. No dejó de sonreír ni por un solo momento. Después de todo, era esa firmeza con la que hablaba y la suavidad con la suele hacerlo la que lo enamoró del omega desde un principio.

—Solo me preocupo por ti y el bebé. ¿Eso está mal? No quiero que nada malo les ocurra, quiero cuidarte debidamente ¿por qué no puedes entenderlo?

—No, no te entiendo. —Xiao XingChen negó con la cabeza.

Esta vez no le importaron las palabras de Xun Lao y solo se dirigió hacia la parte trasera de la casa, pasando de largo a Xue Yang. El Alfa no esperó ni un segundo e inmediatamente se apresuró a tomar la muñeca de Xiao XingChen para detenerlo.

—¿A dónde vas?

Xiao XingChen se zafó. Era evidente que se había molestado—: Iré a cazar. No intentes detenerme.

Xue Yang suspiró con pesadez. Miró entonces a Xiao XingChen y le habló suavemente.

—Si quieres algo yo puedo ir a cazarlo, no hay necesidad de que lo hagas. No te hará bi...

—No interfieras.

—¡No! ¡No irás a ninguna parte! —Xue Yang se acercó a Xiao Xing Chen y lo envolvió entre sus brazos. De inmediato impregnó su amora en el omega, haciendo que se tranquilizara poco a poco—. No irás. Entremos ahora.

Xiao XingChen poco a poco correspondió el abrazó.

—Sí, Alfa...

Xue Yang entonces lo llevó a la cabaña. Entraron a la habitación que compartían y lo ayudó a acomodarse en la cama. Después de descalzarlo y dejarlo con su ropa interior[1] procedió a arroparlo con cuidado. El omega se sintió somnoliento sin saber por qué.

Xun Lao le besó la frente.
—¿Qué quieres comer? Te traeré lo que quieras.

—Manzanas... Y... También... Pescado.

—Está bien. Los traeré. —Xue Yang acarició una vez más el vientre donde se gestaba su hijo y esperó hasta que Xiao XingChen se quedara dormido.








Cuando Xiao XingChen se durmió, Xue Yang lo miró culpable. Su mirada se ensombreció, llena de remordimiento.
Una vez más usó la voz Alfa[2] en Xiao XingChen.

Con el pasar del tiempo, el omega se tornaba más incontrolable. Quería pensar que era por el estrés del embarazo.

Xue Yang temía no poder manejar la situación, temía no poder aplacar el sentido de cultivador de Xiao XingChen durante el transcurso del embarazo y, por sobretodo, que se marchara cuando no lo estuviera vigilando.

Pensó con pesar. —Perdiste la libertad en el momento en que me permitiste marcarte, Xiao XingChen. Y ahora que esperas un hijo mío, no puedo dejarte ir a ninguna parte.

Después de un desolado silencio, Xue Yang se marchó a traer lo que el omega le había encargado. Tendría que prepararle la cena antes de que él despertara de nuevo.










[1] Ropa interior. La famosa bata que los nochis usan debajo de la túnica, no me refiero a una como la que usamos nosotros. Lo aclaro.

[2] Voz Alfa. Básicamente un omega no puede desobedecer al Alfa que la usa. En algunos casos, al usar la voz Alfa el tono original de tu voz se torna más grave. Pero hay casos especiales en el que no hay alteración alguna, cómo en el caso de Xue Yang. Por eso Xiao XingChen ni siquiera notó que durante todos esos meses en el que el estaba encerrado y solo descansando, Xue Yang usaba esa arma para tenerlo a raya.

Prisionero [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora