Capítulo 11

4.5K 493 69
                                    

En el octavo mes de gestación, Xue Yang no pudo sentirse más alerta.

Un día, llevó a Xiao XingChen a caminar un poco pero de pronto frunció el ceño. Al notarlo, Xue Yang lo tomó de la cintura y lo ayudó a caminar, no pasó demasiado tiempo antes de que regresaran.

—Xun Lao, de verdad estoy bien. —trató de persuadir Xiao XingChen, aún frunciendo el ceño por el dolor.

—Camina lentamente, regresaremos.

Xiao XingChen insistió—: Un poco de sol no me hara daño. Estoy bien, en serio.

Sin embargo, una vez más Xue Yang ganó la discusión y logró su cometido.

Cuando llegaron a la habitación que compartían el Alfa lo descalzó y lo acomodó sobre la cama para que se recostara. Tomó los hinchados pies de Xiao XingChen y les dio un masaje.

Xiao XingChen se quejó en silencio y bajó la cabeza en clara derrota. —Así que lo notaste.

—Estoy contigo cada día, cada momento. Notar que tus pies estaban hinchados por caminar, fue bastante evidente. Pero es normal, es normal—Xue Yang intentó animarlo—. Pronto tu cuerpo volverá a ser el mismo de antes y esto ya no será un problema.

Era verdad.

Cuando Xiao XingChen tuviera al niño volvería a ser el de antes, haciendo lo que creía correcto, yendo a cazar como acostumbraba más allá de la opinión de Xue Yang.

Restaban solo pocos días para que el bebé naciera. Y con ello, las ganas de encerrar a Xiao XingChen por ser tan obstinado también aumentaron para Xue Yang.

Suspiró. Trató de no continuar pensando en ello. No era momento de inquietarse con pensamientos irracionales.

Xue Yang masajeo suavemente los dedos, siendo lo más cuidadoso posible. Echó un vistazo a Xiao XingChen, que finalmente pareció más relajado luego de que la hinchazón en sus pies disminuyera.

Mirándolo tan tranquilo decidió acercarse y besarlo suavemente en la frente. Ahora solo podía pensar en el presente y dejar de angustiarse por el futuro. Si continuaba siendo tan inseguro, se volvería loco.

—Te traeré una manzana. Encontré unas que son deliciosas en la caza de ayer, creo que es buen momento para que las pruebes antes de tomar tu siesta.

Xiao XingChen  —No es necesario. No tengo hambre. Tampoco necesito dormir tanto. Xun Lao, de verdad puedo manejar esto.

—No te pregunté. —sonrió y Xiao XingChen dio un suspiro.

Xun Lao se puso de pie y fue a buscar la manzana en la pequeña cocina adyacente a la habitación. La lavó y comenzó a pelarla hábilmente con un cuchillo.

Xiao XingChen se mantuvo en un sinuoso silencio, soltó un suave suspiro al no ser escuchado nuevamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Xiao XingChen se mantuvo en un sinuoso silencio, soltó un suave suspiro al no ser escuchado nuevamente. Xue Yang logró escucharlo con claridad, pero ignoró ese arrebato de rechazo, acostumbrado a pensar que solo podía deberse al estrés del embarazo.

Prisionero [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora